Tras varios borradores y procesos de consulta, el Gobierno hacía efectiva ayer a través del Boletín Oficial del Estado la normativa por la que a partir de ahora se unifica y regula la actividad de los buques de altura, gran altura y palangreros mayores y menores de 100 toneladas de (TRB) que faenan en el Atlántico Nordeste, es decir, en aguas comunitarias no españolas, como es el caso de Gran Sol, donde cuentan con licencia 103 buques españoles -aunque operan menos de 90-, en su mayor parte gallegos y de Vigo. La nueva normativa marca también las normas a cumplir en las pesquerías de especies profundas y demersales no sometidas a totales admisibles de captura (TAC), así como las cuotas en la zona marina VIIIabde.

Una de las novedades del nuevo marco legal es que a partir de ahora los distintos buques y empresas de Gran Sol podrán realizar intercambios de cuota por especie, "con lo que cada buque podrá hacerse con estas posibilidades de las especies que necesite de manera definitiva", asegura el Ministerio, que precisa que "se abandona así el antiguo sistema de gestión por zonas, lo cual permitirá que cada embarcación cuente con las cuotas de las especies que pesca". Esta transferencia individual de cuotas por especie había sido reclamada al Gobierno por la flota de Gran Sol y, en concreto, por la Cooperativa de Armadores de Vigo, (Arvi) aunque los armadores de Celeiro también lo habían planteado.

Hasta ahora, cuando una empresa adquiría posibilidades de pesca de otra asumía también su parte proporcional de la cuota de otras las especies y "carecía de sentido, por ejemplo, que un buque interesado en intercambio de merluza tuviera que hacerse también con una parte proporcional de especies que no pesca, como rapante". Así lo explicaba ayer Hugo González, responsable de Anasol, la organización de gransoleros de Arvi, quien detalla la pretensión de que con este cambio "a la vuelta de un par de años las cuotas de las especies objetivo estén en manos de los barcos que las capturan y que a medio plazo mejore la gestión".

Similar opinión tiene del cambio Jesús Lourido, portavoz de la flota de Celeiro, quien entiende que esta desagregación de posibilidades de pesca por especie "fortalecerá al sector en los derechos sobre especies que le interesen".

Sin embargo, la flota de altura es crítica con otros cambios que establece la nueva norma. En concreto, la que se refiere a la unificación de las flotas de altura y a los palangreros.

Así, desde el sector de la flota de altura, que se opone en su práctica totalidad -a excepción de la organización de Lugo, con dos barcos en Gran Sol-, se entiende que la unificación de censos permite a los palangreros de menor porte, que ya cuentan con cupo de merluza, aumentarla y desarrollar además nuevas pesquerías de especies profundas. "Esto representa incluir en el mercado más competencia para la flota de altura que desee incrementar sus cupos de merluza", cuestiona González. "Son quince barcos [la mitad, gallegos]a los que se le da carta blanca para pesquerías altamente rentables y creemos que es una concesión pisando nuestros intereses legítimos al meterse en la competencia para conseguir cuota de merluza, además de producir más esfuerzo en especies profundas, como besugo, bertorella o palometa roja y eso después de que la flota de altura asumiera grandes sacrificios en Gran Sol en los últimos años -de 300 barcos en 1986 pasó a los 87 operativos ahora-, que esa flota no hizo en igual medida".

Finalmente, la norma publicada ayer establece definitivamente una reserva del 5% de los cupos pesqueros por parte de la Secretaría General de Pesca para hacer frente a posibles excesos de pesca. "No tiene sentido pasar del 2 al 5% de reserva, como siempre dijimos, y menos ahora, cuando el control de capturas se realiza en tiempo real y cuando hay tantos medios tecnológicos suficientes para detectar y evitar la sobrepesca", explica Hugo González.