El cerco gallego está en pie de guerra contra la propuesta del reparto de cuotas de jurel y xarda que propone la Secretaría General de Pesca -dependiente del Ministerio de Agricultura- para este año, por la cual los pescadores de la comunidad perderían posibilidades de pesca mientras que los de Cantabria y País Vasco saldrían ganando. Pero la queja de los armadores de Pontevedra va más allá de las palabras y han decido comenzar con los actos reivindicativos. Por ello, las cofradías de la provincia están estudiando realizar un amarre de su flota de cerco hasta que la Xunta intervenga y Pesca modifique su propuesta de reparto.

En los próximos días se llevarán a cabo reuniones con las distintas cofradías para llegar a un consenso. "Por el momento no vamos a hacer nada, primero tenemos que alcanzar un consenso, aunque algunas cofradías ya han afirmado que quieren llevar a cabo un amarre como protesta", explicó ayer el presidente de la Federación Provincial de Confrarías de Pescadores de Pontevedra, José Antonio Gómez.

La iniciativa, que casi medio centenar de afectados por la propuesta del Gobierno -de A Coruña, Ares, Camariñas, Cariño, Malpica, Pontedeume, Portosín y Sada- llevarán a cabo a través de un amarre indefinido, sirve para pedir un reparto lineal de las posibilidades de pesca.

El mayor conflicto para el sector está en el caso de la xarda. Pesca propone que el reparto del cupo de la especie se haga de forma individual entre comunidades, atendiendo a las capturas históricas de cada buque. Esta distribución dejaría a los pescadores gallegos con cerca del 25% de las posibilidades de captura del pescado, a pesar de contar con la flota más numerosa. "Las cantidades adjudicadas a cada barco gallego harían imposible la viabilidad de las empresas y su devaluación por carecer de cuota", critica la Asociación de armadores de cerco de Galicia, Acerga.

¿Y a qué se debe que Galicia se lleve solo el 25% del total? Los armadores explican que en los últimos años las capturas resultaban "imposibles" para la flota gallega debido a que los peces no llegaban a Galicia -ni Asturias- por haber sido capturados en las otras comunidades del Cantábrico, al tratarse de una especie migratoria.

Los armadores tienen clara su exigencia: Piden un nuevo reparto, lineal, de las posibilidades de pesca, dando la misma cuota a todos los buques de iguales características del Cantábrico Noroeste y atendiendo al número de tripulantes enrolados a bordo.

El sector pesquero tampoco acepta el reparto de jurel que propone Pesca y exige una gestión "autonómica conjunta" de las zonas VIIIc -desde Fisterra hasta el golfo de Vizcaya- y IXa -desde Fisterra hasta el golfo de Cádiz-, con orden de extensión por tripulante. Los armadores reclaman, además, que el Gobierno traspase las 5.000 toneladas de jurel que se reserva para intercambios con otros países directamente a la zona VIIIc, que este año sufrió un recorte del 26% en el cupo de la especie. "Así el jurel será suficiente para la pesquería anual", asegura Acerga.

El sector ya ha dado a conocer sus quejas y exigencias y ahora la pelota está en el tejado de la Administración. Y hasta que esta no mueva ficha -según explica el sector- los cerqueros no saldrán a faenar en señal de protesta en A Coruña y, cuando haya consenso, en Pontevedra. Así lo decidieron ayer cerca de medio centenar de armadores de las cofradías de A Coruña, Ares, Camariñas, Cariño, Malpica, Pontedeume, Portosín y Sada en una reunión celebrada en la lonja coruñesa. "Exigimos una reunión con la Consellería do Mar para que busque una solución", explica Acerga.

Desconocedor de lo que está sucediendo en las cofradías de Pontevedra y de lo que se tramaba ayer en A Coruña, el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, declaró que su departamento espera cerrar un acuerdo sobre el reparto de la xarda en las próximas dos semanas. "Es complicado. Hay que buscar juntos puntos de equilibrio. El mejor acuerdo es el que no le gusta razonablemente poco a nadie", afirmó el ministro.