La toxina botulínica es la más venenosa de las que se conocen y produce parálisis muscular y muerte. Sin embargo, debidamente sintetizada y en las dosis adecuadas se ha demostrado como un efectivo remedio farmacológico contra enfermedades como las distonías musculares e incluso posee utilidades en el ámbito de la cosmética, como la prevención o tratamiento de las arrugas. Precisamente, el estudio de las toxinas y organismos marinos -invertebrados o algas- como herramientas terapéuticas contra enfermedades como el Alzheimer o el cáncer es la línea de investigación en la que se centó el proyecto de investigación Pharmatlantic, cuyos resultados fueron presentados ayer en la sede viguesa de la patronal conservera Anfaco Cecopesca, participante en el estudio.

El proyecto, que precisó de más de dos millones de euros de financiación comunitaria y de tres años de trabajo de una treintena de investigadores de diez centros de investigación y universidades del Reino Unido, Irlanda, Francia, Portugal y España, está liderado por Luis Botana, catedrático de Farmacología de la Universidad de Santiago.

El propio Botana se mostró más que satisfecho de los resultados, que se traducen en siete patentes comerciales que se centran en compuestos con propiedades contra el Alzheimer -dos de ellas desarrolladas en colaboración con Japón y que ya despertaron el interés de la multinacional Tanabe Pharma- y dos aún no publicadas. Botana concretó que algunas de las moléculas estudiadas son análogas de las ciguatoxinas que, procedentes de los peces, se detectaron en Madeira y que, tal vez como consecuencia del cambio climático, "están subiendo" más al norte. Son capaces incluso de cambiar la percepción de los sentidos en los afectados de por vida. Precisamente estos efectos y popiedades son los que las han evidenciado como útiles en Alzheimer y enfermedades neurodegenativas.

Pero el estudio ha logrado otras evidencias y "sorpresas", como las propiedades de la yesotoxina, causante de mareas rojas, en el combate de enfermades como la diabetes o la obesidad. Asimismo, los caparazones de crustáceos ofrecen gran interés como antiocancerígenos o antioxidantes.

Es lo que señala, por su parte, Ana García Cabado, responsable científica de Anfaco Cecopesca, quien precisa que los resultados de Pharmatlatic con modelos "in vitro" y animales son "muy difíciles" de transferir a la industria farmacéutica por las dificultades económicas de universidades y centros de investigación e incluso de la industria en España, visión que comparte con Boada, para quien esta situación es "bastante frustrante".

La línea abierta por Pharmatlatic tendrá continuidad con otros dos proyectos: Bammbo y Pharmasea, este último con implicación de 26 grupos de investigación y 10 millones de presupuesto. Toxinas, pero también hongos o esponjas de mar, están en la lista de los organismos marinos objeto de estudio y con posibles utilidades farmacológicas.