Treinta y seis horas duraron las reuniones en la Secretaría General de Pesca entre representantes del sector, federaciones de cofradías de pescadores, autonomías del Cantábrico Noroeste y Gobierno para lograr un acuerdo sobre el reparto de las posibilidades de pesca. El pacto fue posible gracias a que la flota de arrastre accedió a perder parte de sus cupos, pese a lo que cree que podrá generar "un activo empresarial imprescindible para garantizar su futuro de forma sostenible", según explicó la patronal pesquera Cepesca.

Las principales cuotas a repartir eran las de anchoa, bacaladilla, caballa, cigala, gallo, jurel, merluza y rape y, según el Ministerio, "la flota de bajura ve incrementadas sus cuotas de caballa, jurel, merluza y rape principalmente, por ser las especies de las que más depende este segmento, que incorpora numerosos trabajadores y la porción más artesanal de los buques pesqueros".

Uno de los efectos más inmediatos del acuerdo es que el arrastre podrá iniciar la campaña de la caballa el próximo lunes, día 25, mientras que el cerco y el resto de artes lo harán el día 27. Los cerqueros contarán con un tope de capturas de 6.000 kilos por día mientras que el resto de artes diferentes a cerco y arrastre tendrá un límite de 400 kilos por hombre y jornada y de 2.000 kilos por barco y día.

La regulación establece además que una vez consumido el 93% de las posibilidades de pesca asignadas a España, la pesquería se cerrará para reservar un 7% que se añadirá a las cuotas de la flota gallega en el segundo semestre del año, con un reparto del 400 kilos semanales para el cerco.

La discusión más importante giró en torno a los derechos históricos de pesca, que Galicia no quería que se tuvieran en cuenta, y los derechos de los tripulantes, que defendía. Finalmente ambas propuestas se han mantenido para el palangre de fondo y la flota merlucera, en un consenso total logrado el jueves, por el que se asigna a estas flotas el 50% distribuido a partes iguales entre los que reclamaban los derechos históricos y aquellos -caso de Galicia- que propugnaban los derechos de los tripulantes.

La jornada de ayer fue de intensas negociaciones y reuniones entre armadores y patrones de las flotas de palangre, arrastre y volanta, amarradas desde el miércoles en distintos puertos de Lugo y A Coruña. A estas se han sumado barcos del cerco afectados también por la excesiva burocracia que se aplica a la pesca: dificultades en el uso del Diario Electrónico de a Bordo (DEA) y las horas para comunicar la entrada a puerto, normativa del pesaje y el nuevo carné por puntos.

La huelga se mantiene a la espera de lo que suceda en el encuentro que una representación de los armadores tendrá hoy con la conselleira do Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana.