Tenía 28 años cuando lideró el despertar de la movilización social en los últimos años del franquismo. Exdiputado y exedil del PSOE, Miguel Barros, se convirtió en uno de los referentes histórico del socialismo galleguista. Tras nueve años al margen de la política activa, regresa de mano de CxG y recupera su "emoción". "Tú te subes a una banqueta tan pequeña como es Compromiso y dejas de emitir una opinión como individuo para formular un discurso de una opción política".

-¿Por qué decidió regresar a la política?

-En estas cosas no se vuelve, se espera. Tuve que aguardar a que apareciese una opción con unos parámetros ideológicos que pudiera sostener y eso me lo facilita CxG porque es galleguista excluyendo la independencia, socialdemócrata y reformista, europeísta y federalista. Ha sido un milagro, porque el voluntarismo de montar un partido no es algo fácil.

-Pues esta vez hay 17 candidaturas.

-Sí, pero no es lo mismo que 17 partidos. Un pluralismo exacerbado es fruto e indicio de una expresión de insatisfacción con el modelo que se vive en la propia ciudad.

-¿Qué diagnóstico hace del momento que atraviesa la ciudad?

-Está en un momento preocupante. Se detuvo su crecimiento demográfico, se expande la creación de empresas fuera de los límites municipales, las parejas fértiles se van, nuestros trabajadores tienen que salir y nosotros no participamos en el transporte metropolitano. Pierde su industria y adquiere madurez con los servicios cabales máximos. Es un error estratégico terrible despreciar el área como ámbito sociológico, económico y político.

-¿Qué propone CxG ante esta situación?

-Primero, contra el poder hay que rehabilitar el movimiento vecinal. Proponemos una asamblea de vecinos, formada por todas las asociaciones y que participen en el presupuesto y en la adscripción de inversiones en su ámbitos. Segundo, Vigo tiene que recuperar el liderazgo del área metropolitana. El fracaso de esa ley fue por insuficiencia política. No es justa con Vigo, pero la política tiene que convencer a los partidos para conceder a Vigo el estatus de ciudad líder. Esto implica al plan general, que tiene una previsión de desarrollo de tres cuatrienios, ya van dos y no se ha hecho nada, porque ni se alivia el exceso de previsión de la vivienda protegida -un 40% de reserva que hace inviable el interés de la iniciativa privada- ni se pone en marcha un proceso desencadenante que podría ser Porto Cabral. Una ciudad necesita atraer población, pero también inversión y cuidar de no exportar su ahorro, por lo que la tercera propuesta es recuperar nuestra caja.

-¿Cómo se logra eso?

-No requiere más que voluntad. La ley de cajas de 2013 expresa qué modelo hay que recuperar: la de las beneméritas cajas de ahorros, que invierta el ahorro de la región en la misma región, en las necesidades de las familias. Proponemos que sea un elemento vertebrador del área metropolitana. Hay que poner 18 millones de euros, que podemos repartimos proporcionalmente entre nuestras poblaciones pidiendo un crédito. Lo importante es que se cree una caja metropolitana, con sede central en Vigo, en el Banco de España.