Tengo una hernia de idiota (por hiato) y la fanta (zantak, un medicamento) que me dieron, no me hace nada", dice un paciente a su médico. No es un chiste. El lenguaje médico está plagado de términos difíciles de aprender o pronunciar que a menudo confunden a los pacientes: medicamentos, enfermedades o anatomía se prestan a ser rebautizados. Y los médicos reconocen que tienen que apretar los labios cada vez que escuchan cosas como "me dijeron que tengo castritis".

Profesionales recopilan frases de usuarios: "¿Que tengo un cuerpo extraño? ¡Eso lo será usted! Yo, formada y bien formada". Así relata un médico la respuesta de una mujer tras ser informada de que se detecta en su cuerpo un "objeto extraño".

"Quiero que me hagan una radiografía de los ovarios", escuchó otro profesional. La proliferación de teleseries médicas contribuye a que los pacientes se autodiagnostiquen ante el médico, e incluso discutan.

"Mi madre ha sido operada de cáncer de próstata", dijo un usuario al cirujano Fernando Rey. "No hubo forma de convencerlo de que no era posible. A menudo te cuenta alguien que a un familiar o a esa misma persona le pusieron un esófago de plástico y tú lo que has hecho es una esofagoplastia", relata. "Una señora me traía a su hija porque tenía granos en las ingles de los brazos. Así me lo decía la mujer para referirse a las axilas", añade. "Vengo a buscar los resultados de la mamada (mamografía) que le hicieron a mi mujer", es otra de las confusiones frecuentes.

Los nombres de los medicamentos también suelen generar equívocos. Unas pastillas de potasio que se llaman "Boicar" son a menudo llamadas "Bollicao" por la gente mayor, que también llama "sexooral" a un medicamento que se conoce como "Cellosac". Con este vocabulario base, cualquier frase elaborada está condenada a una carcajada sonora.

En lo que respecta a las enfermedades, los médicos recopilan un "diccionario de la nomenclatura de los pacientes". Eso les ayuda a entenderse. La "vena de la huerta" es la aorta; las "avaricias" o "hedras", en realidad son las varices; "úrsulas" en lugar de úlceras e "íngua" para referirse a las hernias.

Aunque cada vez se escucha menos, los médicos aseguran que es frecuente entre personas mayores hablar de "relaciones marítimas" para denominar un encuentro sexual. En las analíticas también se encuentran los "pimientos biliares".