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La concesionaria del servicio de lavandería del Chuvi cerrará la central del Meixoeiro

-Envía la mayor parte de la ropa a Santiago -El Sergas asegura que continuará lavando

Trabajadoras paradas en la lavandería, durante una avería en 2014.

En los picos de actividad, con una plantilla de más de 60 trabajadoras, llegó a lavar 16 toneladas de ropa al día procedentes de todo el Chuvi, parte del Hospital Montecelo y también de la residencia asistida de mayores del Meixoeiro. Hoy, dos años y medio después de la externalización del servicio, la actividad en la lavandería del Meixoeiro es "mínima" y no llega ni a diez trabajadores. La concesionaria, Indusal, ha enviado la mayor parte de la actividad a su planta de Santiago de Compostela. En Vigo solo limpia los uniformes del hospital de Puxeiros y algo de ropa particular de los pacientes del Nicolás Peña. La empresa, absorbida hace un año por la multinacional francesa Elis, ha trasladado a los sindicatos su intención de cerrar esta central, según explica la CIG, aunque aún no ha ofrecido una fecha. Sin embargo, el Sergas asegura que "va a continuar lavando".

Con la construcción del nuevo hospital de Vigo, el Sergas puso en manos de la UTE adjudicataria la gestión de todos los servicios no clínicos. No solo los del Álvaro Cunqueiro, sino los de todo el Chuvi, por 20 años. Algunos de ellos, como es el caso de la lencería, eran públicos y los privatizó. A las lavanderas y planchadoras propias las reubicó en otras categorías -sobre todo como celadoras- y al personal laboral lo subrogó. El uso de las instalaciones públicas, según el contrato, correspondía a la concesionaria. La ropa del Cunqueiro nunca se llegó a lavar allí. Desde el principio fue enviada a otras plantas de Indusal.

La lavandería del Meixoeiro, ubicada en un edificio propio, empezó a funcionar antes de la apertura del mismo hospital (1989) y el Sergas mantuvo su maquinaria actualizada. En la última renovación optó por el sistema de leasing, contrato que heredó la concesionaria. Finalizó a principios de este año y no se renovó, por lo que se retiraron los equipos nuevos hace unos 20 días y se volvió a reducir la carga de trabajo. Si antes daba servicio a todo el Meixoeiro y atendía algo del Nicolás Peña, ahora ha dejado de lavar toda la ropa que usa el enfermo -pijamas, sábanas, sabanillas, toallas...- y se limita a los uniformes y alguna vestimenta de calle de los ingresados de larga duración en el centro de la calle Camelias. Ni siquiera están usando el túnel de lavado propiedad del Sergas -había otro más alquilado-. Les llega con una lavadora de 150 kilos y otra de 50 en turno de mañana y "les sobra tiempo", cuentan.

Además de la pérdida de contratos públicos que se produjo con la privatización, la CIG lamenta que ahora se produzca el desmantelamiento del servicio.

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