Garantizar el abastecimiento de agua al área de Vigo -un polo de más de 460.000 habitantes- al menos hasta 2050. Éste el objetivo de la carta remitida por el alcalde vigués a la Xunta, a la que insta a acometer cuanto antes una serie de medidas para blindar el suministro de agua en épocas de sequía, una "solución definitiva" al abastecimiento de la primera ciudad de Galicia.

Abel Caballero, que acusó al presidente del Ejecutivo gallego de realizar "difamaciones gravísimas" por cuestionar la potabilidad del agua durante las últimas semanas, citó como actuaciones urgentes el trasvase de emergencia del verdugo a Eiras -hoy al máximo de su capacidad permitida para esta época del año, por encima del 78%-, la construcción de una nueva potabilizadora en Santa Marina de Cabral -obra a la que se había comprometido la Xunta ya en 2011, según el regidor- y otras acciones que no concretó. La Xunta, por su parte, insistió en que la potabilización es responsabilidad municipal y confirmó a última hora de la tarde una bajada en los niveles de hierro en las analíticas realizadas el martes a la traída, con "puntos negros" en Canido, Sanjurjo Badía y Baiona.

En la misiva, Caballero solicita una reunión urgente entre técnicos de la Xunta y del Ayuntamiento para empezar a estudiar "la solución definitiva" al abastecimiento y evitar que se repitan situaciones como las vividas con la sequía de este año. El primer edil también avanzó que pedirá a Feijóo que sea la Administración autonómica la que asuma la mejora de la potabilización, con la construcción de una nueva planta en Santa Marina, puesto que se trata de un servicio "supramunicipal" y que, además, "ya se preveía" en el plan de abastecimiento de la Xunta de 2013. Caballero hizo un repaso de las medidas adoptadas desde el Concello para afrontar la crisis del agua, y cargó contra las "calumnias" y "difamaciones gravísimas" que, a su juicio, realizó Feijóo, al que acusa de "pasearse por las teles de España" cuestionando la potabilidad del agua en la ciudad, y tomando como referencia unos análisis realizados por técnicos de Sanidade, "que luego se demostró que eran falsos".

La Xunta recalcó ayer en que la potabilización del agua es una competencia municipal y ofreció nuevos informes con las analíticas realizadas el martes a la traída. Éstas confirman una "tendencia a la baja" en los valores del hierro detectados en el agua, aunque persisten "puntos negros" en zonas de Baiona, y de la ciudad olívica (Canido y Sanjurjo Badía). La jefa territorial de Sanidade, Ángeles Feijóo, informó de que prácticamente todas las muestras tomadas el martes señalan valores por encima de los 300 g/l, aún lejos de los 200 que se consideran límite para calificar la calidad del agua como óptima, pero dentro de los valores normales.

Precisó que el valor en la salida de la ETAP del Casal fue de 394 g/l; en Valladares fue de 366 g/l; y de 435 g/l en Sanjurjo Badía, pero, apuntó, sigue habiendo un "punto negro" en Canido, donde el valor se eleva a 724 g. En esta zona, si se repitieran los valores en un segundo análisis consecutivo, se podrían recomendar medidas restrictivas porque el agua no sería apta para consumo humano, según la técnica.

La jefa del Servizo de Control de Riscos Ambientais, Natalia Botana, añadió que se han detectado valores altos de hierro en algunas zonas de Baiona, como Baíña (434 g/l). A esto hay que sumar un nuevo parámetro, que es la presencia de aluminio en el agua por los tratamientos aplicados para eliminar la turbidez. En el caso de Baiona se han detectado valores de aluminio de entre 800 y 2.500 g/l, y en Sanjurjo Badía, en Vigo, de 254, cuando el máximo recomendado es de 200.

El grupo municipal del PP denunció que los vigueses están "pagando a precio de oro" un agua de "mala calidad" y acusó a Caballero de intentar "dar carpetazo" a esta cuestión escudándose en que el agua es potable y cuestionando los informes de los técnicos de la Xunta. Lo aseguró ayer su portavoz, Elena Muñoz, tras reunirse con responsables de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Vigo, a los que trasladó su "preocupación" por la "baja calidad" del agua de la red de abastecimiento de la ciudad.