El vínculo del pianista gallego Nicasio Gradaille con la Real Filharmonía de Galicia nació casi con la orquesta. Cuando acababa de regresar de sus estudios en Suiza, lo contrataron para acompañar en las audiciones de selección inicial de músicos . Desde entonces, ha tocado muchas veces con ella, pero nunca como solista. Ayer debutó como tal con ella en Santiago y hoy, en Vigo. A las 20.30 horas, en el Teatro Afundación. Lo aborda como "un reto personal" y una experiencia "muy apetecible".

Interpretará junto a la orquesta dos piezas de compositores checos que tuvieron que huir de los nazis. Bohusa Martinu, del que tocará "Sinfonieta giocosa", lo logró. Hans Krása, no. Estuvo en el campo de concentración de Theresienstadt, donde escribía piezas para los músicos "que iban pasando e iban despareciendo", cuenta Nicasio. Murió gaseado en Auschwitz "al mes siguiente" de acabar la obra que hoy interpretará Gradaille, "Obertura para pequeña orquesta". Se aprecia en ella "cierta contención y nerviosismo".

Profesor de música contemporánea en el Conservatorio Superior de Vigo, también la promueve desde el Taller Atlántico Contemporáneo. "Ha sido siempre la gran marginada, pero es un mundo apasionante y una vez que entras no puedes salir". Cree que "el problema es que se asocia con excentricidades, y las hay, pero otras que no". Destaca que ya hay suficiente como para filtrar y que se está creando "un clima propicio".