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Un camino ¿seguro? hacia la inserción

Más de 1.300 titulados y alumnos realizaron prácticas en 2016 en empresas de Vigo y provincia, con una tasa de empleo del 78% -Los sindicatos denuncian un "uso fraudulento" de las becas

Alumnos, en los pasillos de la Facultad de Económicas. // Alba Villar

Más de 1.300 estudiantes y titulados universitarios y de FP realizaron prácticas profesionales durante 2016 en la provincia, la mayoría de ellos en empresas del área viguesa, gracias a una beca de las fundaciones Feuga y FUAC. El objetivo es proporcionarles el primer contacto con el mundo laboral en puestos adaptados a su perfil y, en un elevado porcentaje, las experiencias se prolongan con un contrato laboral.

Según los datos de Feuga, que aúna a las tres universidades gallegas, así como a instituciones y empresas, el 78% de los titulados universitarios y de FP que reciben una de sus becas encuentra empleo al acabar su periodo de prácticas. El número de beneficiarios aumentó un 7% en 2016, cuando se concedieron más de 2.900 ayudas y casi el 42% de ellas -un total de 1.215- tenían como destino la provincia y, de manera destacada, Vigo y su área de influencia. Y en los primeros 8 meses de este año, el número de prácticas ya ascendía a 933.

El programa de Feuga fija entre sus principales requisitos ser menor de 31 años y no haber disfrutado de otra beca de la fundación durante 10 o más meses. En total, los beneficiarios nunca pueden exceder los 24 meses. Los egresados universitarios -591 durante 2006- recibieron una ayuda de 605 euros, los estudiantes de carreras -218- tuvieron una asignación de 555 euros y los titulados y alumnos de FP -406- disfrutaron de 505 euros.

En el caso de la Fundación Universidade da Coruña (FUAC), el número de prácticas durante el año pasado fue de 1.606 en toda la comunidad. Un total de 117 beneficiarios disfrutaron de su experiencia profesional en la provincia de Pontevedra y el 71% de ellos en empresas de Vigo.

Las asignaciones mensuales oscilan entre los 300 y los 500 euros en función de los programas dirigidos a FP o a los estudiantes y titulados universitarios.

La FUAC cifra en un 82% el número de beneficiarios que consiguen un contrato laboral al acabar sus becas, continúan formándose en el mercado laboral con otra ayuda de la fundación u optan por el autoempleo.

Ambas fundaciones cuentan con una acreditada trayectoria en la promoción del empleo juvenil y sus programas de becas establecen que los beneficiarios solo deben realizar actividades de carácter formativo, estando bajo supervisión en todo momento, y en ningún caso ejercer como responsables.

Sin embargo, los sindicatos advierten del "uso fraudulento" de estas ayudas por parte de un gran número de empresas, que recurren a la "rotación de becarios" para cubrir puestos de trabajo estables.

La Unión Comarcal de CC OO está a punto de presentar un informe con las opiniones de trabajadores vigueses, afiliados o no, sobre el proceso de negociación colectiva y, en el apartado del empleo juvenil, el "abuso" de los becarios y los contratos de formación ocupa un lugar preferente entre las preocupaciones.

"Alrededor de un 70-80% de los trabajadores denuncian este uso fraudulento en empresas de distinto tamaño y de todos los sectores: farmacéutico, automoción... Es complicado que los becarios denuncien, pero los comités cada vez tienen más interiorizado este problema. La solución tiene que venir desde arriba. Debe haber más control por parte de la Administración e introducir algunos cambios. Así no podemos seguir. No puede ser que haya empresas que en determinados puestos siempre tengan a becarios", denuncia Amelia Pérez, secretaria comarcal de CC OO.

"Hay una utilización fraudulenta generalizada. No se les forma, sino que se les exprime a bajo coste", ratifica Ernesto Fontanes, líder comarcal de UGT. "El objetivo es bueno pero en la práctica está pervertido. Y aunque se cumpliese, los becarios también tendrían que tener las mismas prestaciones que el resto de trabajadores y una retribución, al menos, igual al salario mínimo interprofesional [actualmente fijado en 707 euros]", defiende.

"No hay ningún control. Es una rueda, se va un becario y llega otro. Constituyen una forma de precarización laboral. Y las estancias que realizan los alumnos de FP son otro foco de explotación laboral", asegura.

De la misma opinión es el secretario xeral de la CIG-Vigo, Alberto Gonçalves, quien alerta sobre la "picaresca" de los empresarios. "Los becarios están cualificados y son utilizados como mano de obra barata de forma bastante impresentable y, como mínimo, inmoral. Las administraciones deberían ser más escrupulosas en el control del dinero público", critica.

"Y también hay que tener en cuenta que se juega con las ilusiones y las expectativas vitales de estos jóvenes", subraya.

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