Los tres grupos políticos con representación municipal reafirmaron ayer, aunque por separado, su apuesta por la concesión administrativa por 50 años del estadio de Balaídos como la mejor vía para que el Celta se dote de patrimonio y permanezca en la ciudad. Un día después de que desde el entorno del Celta se advirtiese que la oferta del Concello no les convencía y que mantenían su plan de construir un campo de fútbol nuevo fuera del municipio, los portavoces del Partido Popular y Marea ratificaban que la propuesta municipal era la "más razonable" para satisfacer las necesidades expresadas por el presidente céltico, Carlos Mouriño, quien regresa este fin de semana a Vigo después de pasar unos días en México.

Sin querer analizar la posibilidad de que el Celta ya haya descartado su propuesta, el alcalde Abel Caballero aseguró que la cuantía del canon que debería pagar el club celeste en caso de que aceptase la concesión se sabría "en pocas semanas" y que en cuanto tuviese en sus manos el informe encargado a una empresa auditora, "lo haré público para que todo el mundo lo sepa". La concesión que plantea el gobierno municipal es por medio siglo, daría al club el uso en exclusiva del estadio y le autorizaría a dotar de usos comerciales a los bajos de tres gradas: Tribuna, Marcador y Gol.

Miguel Fidalgo, portavoz municipal del PP, recordó que la iniciativa de ofrecerle una concesión administrativa al Celta había partido de su propio partido. Tras calificar ese instrumento legal de "razonable" para que la entidad deportiva "se sintiese cómoda", llamó a las partes a sentarse a negociar porque "no entenderíamos de ningún modo que el Celta se fuese de la ciudad". Los populares consideran que todavía hay margen de maniobra para llegar a un acuerdo entre Concello y club pero que todo pasaría por "hablar".

El líder de Marea, Rubén Pérez, advirtió al Celta que la oferta de una concesión contaba con el "consenso de los grupos políticos municipales y de la ciudad". Por ello instó a los dirigentes del club a "reflexionar" antes de formalizar su rechazo. Pérez entiende que Mouriño está "poniendo las cosas difíciles" y atribuye su actitud a que "es un empresario que está defendiendo su inversión. Supongo que en lo que busca es un retorno de su inversión, otra cosa es que donde ha invertido es el buque insignia de la ciudad", explica.

Marea respalda la posición municipal. "Estamos en una situación de bloqueo, pero creo que el Concello está actuando de forma correcta. Una concesión de un terreno a 50 años es casi como tenerlo en propiedad y, con esas condiciones tan ventajosas, ya le gustaría a otra empresa", asegura para advertir que "la venta no es viable jurídicamente, y la construcción de otro estadio, aunque sí es viable, tendría que haber un plan general y se alargaría muchos años". En esta situación, Pérez concluye: "Como solución intermedia, la concesión está bien".

El Mercantil niega un acuerdo

La junta directiva del Mercantil negó ayer que el Celta se hubiese puesto en contacto con la sociedad para negociar la compra de las instalaciones de la ciudad deportiva como aseguraron algunos medios. "La junta no ha negociado ni está negociando, ni ha tenido ningún tipo de contacto con el Celta", asegura en un comunicado, por lo que desmienten "una propuesta de acuerdo entre ambas entidades". El Celta ya le compró en su día la sede de la calle Príncipe al Mercantil, cuando la sociedad atravesaba graves problemas económicos.