La dovela de 47 metros de largo y 180 toneladas de peso destinada a la ampliación del puente de Rande pasará una noche más en el área de servicio de la A-52 de Ribadavia (Ourense), donde está desde el viernes a causa de una avería en el transporte. A última hora de ayer, y con efectivos de la empresa de transporte y patrullas de la Guardia Civil preparadas para realizar el complejo traslado -que iba a desarrollarse en la madrugada de hoy-, la operación fue abortada, al no llegar a tiempo un técnico que, según fuentes de Tráfico, se había desplazado desde Alemania para verificar la seguridad del proceso.

Se calcula que la dovela llegue a Vigo la noche del miércoles al jueves, atravesando la ciudad en horario nocturno. Su llegada supondrá el cierre de la avenida de Madrid, de parte de la Gran Vía, de la calle Coruña y de Beiramar, pasa facilitar su llegada al puerto, donde será embarcada rumbo al puente.

La presencia anoche del técnico en Ribadavia era imprescindible para supervisar el perfecto anclaje de la pieza y evitar episodios como los del pasado viernes, cuando se produjeron movimientos en la góndola del vehículo articulado, que empezó a oscilar poniendo en riesgo la estabilidad de la pesada pieza.

A eso se sumó entonces la mala hora elegida para el transporte, un viernes por la tarde, creando un gran colapso y riesgos para la circulación rodada que en esos momentos iba por la la autovía.

La seguridad tampoco estaba garantizada ayer, y por eso a última hora se paralizó el proceso. No hay nueva hora ni fecha para el inicio de operación de transporte, aunque es de esperar que se produzca de inmediato, y en horas de la noche, dada la complejidad de un traslado que puede prolongarse varios días, pues el vehículo articulado se mueve a una velocidad máxima de 5 kilómetros/hora hora, la misma que el paso humano.

Tras horas de fallida planificación, en la área de servicio de Ribadavia, estaba previsto que dos furgonetas de la empresa y vehículo de apoyo participasen en uno de los transportes de una pieza de obra civil más complejos. Les acompañaban otras cuatro patrullas de la Guardia Civil de Ourense, encargadas del resto del tráfico rodado, escaso a pocas horas de la madrugada.

La patrullas tenían previsto colocarse cuando se retome el transporte, una delante, haciendo de "tapón" y otra atrás, para evitar la incorporación de vehículos en el tramo entre la estación de servicio de Ribadavia y este núcleo urbano, desviando el tráfico luego hacia la Nacional 120, para posibilitar a los camiones y turismos que circulen a esa hora, incorporarse de nuevo a la A-52 a la altura de Melón.

Por este motivo, la planificación del transporte de esta gigantesca pieza se haría en varias etapas y en horario nocturno..