Que 2016 iba a ser un buen año para el turismo es algo que los hoteles de Vigo sospechaban desde hacía meses. Un verano con resultados récord, el repunte de los viajes de negocios, los buenos números cosechados por Conxemar o la amplia oferta de vuelos internacionales eran pistas que apuntaban en esa dirección. Quedaba por resolver sin embargo la duda clave: ¿Cómo de bueno fue 2016 para los hoteles? La respuesta la dio ayer el INE. Según el observatorio estatal, el año pasado se alojaron en Vigo 362.500 viajeros que contrataron casi 719.200 pernoctaciones. Son, respectivamente, 62.800 y 115.000 más que el año pasado. O lo que es lo mismo: un 20% más. De media se hospedaron en la ciudad 172 turistas más cada día que en 2015. Buenos resultados que confirman las sensaciones que el propio gremio maneja desde hace meses.

El repunte solo se explica por la confluencia de varios "ingredientes". El más importante, la vitalidad del sector y su paulatina recuperación tras la crisis. Crece Vigo, pero crecen también urbe vecinas, como A Coruña o Santiago; o la provincia de Pontevedra en su conjunto. Aumentan también, aunque tímidamente, los viajes de negocios, un mercado clave para los hoteles de una ciudad como Vigo, con un pronunciado perfil industrial y que necesita de este tipo de clientes para desestacionalizar su demanda. En abril de 2016 el presidente de la Asociación de Hoteles de la ciudad (Ahosvi), Jaime Pereira, reconocía percibir un "repunte" de este perfil, que se había visto muy afectado en los últimos años por los efectos de la crisis sobre la industria.

Otro factor clave fueron las comunicaciones. Gracias al aterrizaje de aerolíneas como Ryanair, Volotea o Airnostrum -respaldadas por el Concello con contratos de promoción turística- Peinador gozó en 2016 de una interesante parrilla de vuelos. Especialmente atractiva durante la campaña estival, cuando Vigo llegó a estar conectada con casi una veintena de destinos, tanto nacionales -Madrid, Barcelona, Tenerife, Alicante, Sevilla...- como en el extranjero -Bolonia, Roma, París, Dublín o Londres, entre otras-. TAP enlazó además con Lisboa, un aeropuerto desde el que ofrecía conexiones con otras muchas metrópolis de todo el globo. Esa amplia oferta de vuelos permitió a los vigueses desplazarse en vacaciones, pero también facilitó a turistas de otras latitudes acercarse a Vigo y las Rías Baixas. El notable crecimiento de Peinador, de casi un 34%, es un indicador claro de esa tendencia. A la que se suma también la importante demanda de trenes.

No menos importante es la repercusión cada vez mayor de las Cíes, el gran reclamo de Vigo como destino turístico. Su atractivo ha cautivado a medios internacionales tan prestigiosos como The Guardian, que en 2007 incluyó la playa de Rodas entre las mejores del mundo y desde entonces ha vuelto a situar al archipiélago atlántico en el "top" de sus rankings europeos. Otras plataformas se han sumado desde entonces a ese reconomiento, al que han contribuido también las campañas emprendidas por diferentes aerolíneas.

A esos factores se suman otros que apuntalan el resultado alcanzado por los alojamientos olívicos en 2016. Conxemar y O´Marisquiño, por ejemplo -dos citas marcadas en rojo en el calendario de todos los hoteles, hostales, pensiones, hostels... por su rentabilidad-, han crecido el año pasado, batiendo sus propias marcas y atrayendo al municipio y parte de la comarca a miles de turistas. Encontrar un cuarto libre para esas fechas en Vigo es, de hecho, una misión casi imposible varias semanas antes de que empiece cualquiera de las citas.

Importante es también la recuperación del cliente portugués, que durante años jugó un papel destacado en el sector y que desapareció prácticamente de la noche a la mañana como consecuencia de la crisis. La fuerza con la que la recesión golpeó al país vecino no pasó inadvertida en los hoteles. Su presencia fue destacada por ejemplo en Fin de Año, cuando la ocupación se elevó al 80%. Los alojamientos cerraron diciembre con casi 23.000 viajeros, un 22% más.

En los hoteles de otras ciudades de Galicia 2016 ha dejado también buen sabor de boca. En A Coruña se rozaron los 464.800 viajeros y las 904.000 pernoctaciones; en Santiago, los 823.300 y 1,4 millones, respectivamente. A pesar de esos buenos resultados, los incrementos de pernoctaciones fueron del 7% en el primer caso y de cerca del 6% en el segundo, muy por debajo del 19% alcanzado en Vigo.