María, Fidel y Marcos están satisfechos con su salto al ámbito europeo. "Trabajar para la Comisión te permite formar parte de un proyecto en el que tus propuestas tienen un recorrido y un impacto social del que carecen las investigaciones que se hacen en la universidad. De todas formas, no estamos apartados del mundo académico y participamos en seminarios y congresos", señala la economista ourensana.

"Lo que haces en la universidad se queda muchas veces en el mundo de las ideas, pero aquí ves su aplicabilidad. Es reconfortante que nuestros estudios contribuyan a solucionar problemas reales de la sociedad", reconoce Marcos.

Y eso que la responsabilidad le lleva a repetir en alguna ocasión "dos, tres y hasta cuatro veces" sus análisis. "Trabajamos en equipos grandes y se tienen en cuenta los resultados de todos, no de forma individual. Todo es consensuado, discutido y evaluado", añade al respecto María.

Aunque su misión no sea la de dictaminar las acciones a tomar por parte de cada uno de los 28 Estados miembros, reivindican el papel de los expertos del Centro Común de Investigación (JRC): "La gente debe saber que los políticos tienen información para poder tomar sus decisiones".