Los hoteles se despedirán de 2016 con un sabor dulce en los labios, muy distinto del regusto amargo con el que arrancó el año. Aunque los primeros meses dejaron ocupaciones discretas, con una rentabilidad tan baja que los hosteleros -como recuerda su representante provincial, César Sánchez Ballesteros- se temieron lo peor, los datos del INE revelan que 2016 ha sido el mejor año desde 2007.
Entre enero y noviembre, los alojamientos de la ciudad recibieron 339.500 turistas, un 20,8% más que durante el mismo período de 2015, cuando desfilaron por sus cuartos unos 280.900 viajeros. El resultado de pernoctaciones también fue positivo, con un repunte de casi el 20%. Noviembre, un mes habitualmente malo para el sector, contribuyó a afianzar ese crecimiento con subidas de clientela. Hasta el pasado 1 de diciembre, los hoteles habían ganado cada semana unos 1.200 clientes y 2.200 noches contratadas más que en 2015.
Los resultados dejan otra lectura que invita al optimismo. Hay que remontarse a antes de que estallase la crisis, en 2007, para encontrar un año el que los hoteles despacharan más pernoctaciones. El volumen de viajeros es también el más alto desde 2008. Ese buen balance se debe a dos factores fundamentales: el primero, el éxito de la campaña de verano, la mejor que se recuerda en el sector y que los propios directores de hotel califican de "excepcional"; la segunda, la paulatina recuperación de los viajes de negocios, que ayudan a mantener actividad durante los meses en los que, como noviembre, los turistas de vacaciones se reducen a su mínima expresión.
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A esos dos factores se suman otros que apuntalan el buen balance de 2016. Por ejemplo el importante repunte de viajeros llegados de fuera de España, que recalan en Vigo atraídos por las Cíes y se benefician de los nuevos enlaces que operan en Peinador. Influye también la tímida recuperación del mercado portugués. El INE deja claro esa mayor afluencia de clientes extranjeros: hasta el pasado 1 de diciembre se habían alojado en hoteles de la ciudad 92.000 foráneos, un 38% más que el año pasado. También contrataron un 37% más de noches. Aunque el turista por excelencia de Vigo es español -del resto de Galicia, Madrid, Barcelona y las comunidades limítrofes-, este perfil aumentó un 15%.
Otra clave es el éxito que este año tuvo Conxemar, con récord de asistencia; o la ocupación lograda en Semana Santa. Algunas citas puntuales, como congresos, ferias o puentes festivos pusieron la guinda a un año que -a la espera del balance de diciembre- Sánchez-Ballesteros ya da por "bueno". "En el sector hay una sensación de alivio. Muchos estaban en pérdidas y han logrado salir", anota el presidente de la Asociación de Empresarios del Hospedaje de la provincia de Pontevedra (Asehospo).
Según avanza Sánchez-Ballesteros, diciembre ha sido también mejor que el año pasado gracias a que la ciudad recupera poco a poco el pulso económico que perdió con la crisis. "Eso genera más movimiento", anota. Aunque las fechas clave de las Navidades no coinciden bien para el gremio -los días 25 y 31 son domingo-, el veterano hostelero estima que la ocupación de Noche Vieja pueda rondar el 70%.
Las tarifas y desestacionalizar la demanda, las asignaturas pendientes
- Tras tocar fondo en 2013, los hoteles de la ciudad han logrado remontar poco a poco el vuelo hasta alcanzar, este año, sus mejores resultados desde que estalló la crisis. Con el duro capítulo de la recesión ya cerrado, el gremio sigue teniendo sin embargo "asignaturas pendientes". Una de las principales, reconoce el presidente de Asehospo, César Sánchez-Ballesteros, es "desestacionalizar" la demanda. Es decir, que los hoteles no dependan tanto de lo que ocurra en verano.Para lograrlo es necesario captar clientes el resto de año, un objetivo al que ya se ha lanzado el sector con campañas y promociones especiales. Los viajes de negocios -que dependen directamente de la salud de la economía local- y el calendario de congresos y ferias serán claves para lograrlo.Otra tarea es remontar los precios. Debido a la crisis los hoteles desplomaron sus tarifas hasta los niveles más bajos de España. Ese esfuerzo -reconocen desde el sector- hizo que en ocasiones las minutas cruzasen el umbral de "rentabilidad". Ahora intentan corregirlo.
