Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La pérdida de competitividad del recinto portuario

Sudáfrica y Marruecos vetan al puerto de Vigo por sus trabas aduaneras

Exportadores de estos países imponen a sus clientes vigueses introducir las mercancías por las terminales lusas. Rape, gamba, langostino o sardina, principales productos desviados

De Sudáfrica y Marruecos principalmente, aunque también de Argentina. Las agencias de exportación de al menos estos países tienen al puerto de Vigo en una "lista negra" por el sinfín de trabas que han sufrido sus contenedores en el Puesto de Inspección Fronterizo (PIF). No quieren arriesgarse a que las mercancías con destino a industrias viguesas queden paralizadas sine die por un defecto del embalaje o del formato de un certificado. En cada envío se juegan miles de euros que no están dispuestos a perder ni a repercutírselo a los clientes así que estos agentes exportadores descartan Vigo e imponen introducir la carga por Leixões o Lisboa. Por las constantes cortapisas aduaneras se ha abierto un agujero preocupante en la competitividad de la terminal viguesa. En lo que va de año ya perdió 50.000 toneladas de pesca congelada además de un volumen incuantificable de materias primas para la industria transformada viguesa.

A la sangría de tráficos provocada por el desvío de mercancías en Leixões hay que sumar la competencia de Marín, acentuada desde agosto por la decisión de Maersk de centralizar en el puerto vecino toda la carga seca dejando Guixar sólo para contenedores de perecederos. Aunque con ser relevante la fuga de mercancías contenerizadas a la terminal marinense -en octubre, 35.000 toneladas menos que el mismo mes del año anterior-, los operadores vigueses aseguran que esta obedece a una estrategia empresarial contra la que poco se puede hacer mientras que lo del PIF "es un problema estructural del puerto de Vigo personificado en un cuerpo de funcionarios dependientes de instituciones". De ahí que la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), en su Informe de Competitividad de los Puertos, urja soluciones a las administraciones representadas en el control aduanero de Vigo: Sanidad Exterior (Ministerio de Sanidad) y Soivre ( Agricultura), los dos departamentos que copan más críticas.

La constatación por parte de la patronal de empresarios, como adelantó ayer FARO, de que "hay productos que en su práctica totalidad se están desviando a otros puertos" no ha sorprendido a los empleados de esas empresas que deben lidiar a diario con los inspectores de Guixar. Hasta aportan una relación: pez espada, gamba pelada congelada, langostino, palitos de surimi, muslitos de mar, rape, sardina de Marruecos... Toda esta mercancía está llegando por carretera a su destino final, Vigo, tras descargada en los mencionados puertos lusos. Esta enrevesada logística funciona a diario. Para la CEP las terminales portuguesas ya son "vías de entrada que se están consolidando" como demuestra que haya firmas gallegas que cuentan con depósitos de mercancías tanto en Leixões como en Lisboa. La creación de estos almacenes también es consecuencia, afirman los operadores consultados por este periódico, del veto de los exportadores de esos países al Puerto de Vigo. "Si no tuvieran por costumbre operar con Portugal no alquilarían allí naves", razonan.

Haz clic para ampliar el gráfico

¿Pero qué tienen de especial los PIF de Leixões y Lisboa o cómo trabajan sus inspectores que han conseguido para su terminal esa fama de ágil y diligente? Las empresas que han respondido a las preguntas de este diario a condición de garantizar su anonimato coinciden en la respuesta: "De especial no tienen nada; de hecho hay más puestos de control en Guixar. Se trata de la actitud de los aduaneros: allí hay disposición a dar salida a un contenedor y en cambio aquí inician el control en busca del fallo más absurdo para impedir su despacho". O como reprocha la patronal, coincidiendo con lo denunciado en reiteradas ocasiones por la presidencia de la Autoridad Portuaria de Vigo, el "excesivo celo" de los funcionarios del puesto de Vigo les lleva a detectar "problemas donde no los hay".

La explicación: "trabas excesivas"

Tan localizado parecen tener el origen del problema que la CEP llega a demandar lo que resulta una obviedad tratándose de puertos pertenecientes a países comunitarios: "Un PIF que aplique los mismos criterios en la interpretación de la normativa sanitaria que el resto de los PIF nacionales y europeos". Y hasta pone ejemplos. "La entrada de merluza desde Namibia fue en 2015 de 35.000 toneladas y de rape cero, a pesar de que las empresas del área de Vigo importan cantidades significativas de esta especie". Siguiendo con este mismo ejemplo la patronal da por comprobado que "el rape que tiene como destino Galicia se introduce básicamente por el puerto de Leixões" lo que les lleva a concluir "como única explicación factible, las excesivas trabas que los técnicos de Sanidad Exterior imponen al producto en comparación con las exigencias de los técnicos del puerto portugués".

Con estos antecedentes resulta evidente que hoy en día un contenedor tiene más probabilidades de acabar retenido en el puerto de Vigo que en uno portugués. Ya tiene ocurrido que un mismo depósito bloqueado en el PIF de Guixar fue de nuevo embarcado y acabó al día siguiente descargado en Leixões sin mayores problemas. Pero los perjuicios ocasionados por las incontables paralizaciones ha propinado un duro golpe a la imagen del puerto de Vigo. "Estos problemas espantan a las empresas y a los inversores", afirman los agentes afectados. También la CEP señala al tapón del PIF de Guixar como una de los principales causas de la pérdida de competitividad de la terminal viguesa, por encima incluso de los costes operacionales derivados de la estiba.

En este sentido llama la atención la afirmación lanzada por los operadores vigueses: "Es más caro introducir un contenedor por Leixões que por Guixar, y no sólo por el sobrecoste del transporte hasta Vigo". El gráfico que ilustra la página anterior cuantifica la gestión de un contenedor cargado de conservas procedentes de Marruecos transportado por la misma naviera. Los datos son esclarecedores. En concepto de despacho por la aduana, la tarifa puede ser hasta 100 euros más barata en Guixar, mientras que la diferencia alcanza los 300 euros en tasas sanitarias. Exceptuando los gastos derivados del traslado por carretera hasta la planta viguesa, la factura total por la tramitación de un contenedor en Portugal puede encarecerse más de 500 euros por envío en comparación a Vigo. "Las agencias portuguesas de aduanas se están haciendo de oro con el desvío de mercancías en Guixar", claman los operadores consultados. Estos afirman que la recaudación que obtienen sus colegas por esos movimientos extra "pagan el sueldo del mes de toda la plantilla".

Y aun siendo bastante más caro, los afectados optan por los puertos lusos. "La seguridad es ahorro", resumen desde una importante conservera. El riesgo a que sus productos sean paralizados en Guixar y se demore su entrega podría suponer un incremento de los costes bastante más alto. Sin contar el daño para la imagen de su marca por no cumplir los plazos con los clientes o que su factoría se vea obligada a parar la cadena de producción por falta de materia primera. Demasiado como para jugárselo todo a la actitud de un inspector.

Una campaña de Navidad perdida de antemano

  • Cuando en octubre se produjo la retención en Guixar de contenedores de langostino procedente de la Patagonia, entres los operadores de Vigo ya se intuía que este caso traería consecuencias. La primera, que el agente afectado por este bloqueo -justificado por los inspectores porque la tinta de la documentación argentina se borraba- ordenó el desvío a Leixões de otros 40 depósitos que navegaban en ese momento hacia Vigo. Pero no fue el único que optó por emplear una vía de entrada segura para sus mercancías. La multinacional Pescanova, entre otras importantes compañías de Vigo, aumentaron entonces su actividad por la terminal lusa. Este desvío tronzó las expectativas de los importadores vigueses en la campaña de Navidad, cuando más cargamentos esperaban gestionar.

Compartir el artículo

stats