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La primera familia siria refugiada en Vigo

Bassel y sus dos hijas, Malak y Layan, llegaron la semana pasada a la ciudad - Red Alert recibe y atiende peticiones de socorro desde el corazón de la guerra vía Whatsapp

Bassel y Thaer, con las hijas del primero, Malak y Layan, y la concejala Isaura Abelairas. // A.V. / FDV

Una empresaria de Vigo ha logrado salvar la vida a cientos de refugiados que huían de la guerra de Siria. Jamás ha estado en aquel país -le horroriza volar- pero no le ha hecho falta. Desde su casa y su despacho, a través del teléfono y del ordenador, Ángeles de Andrés ha coordinado decenas de operaciones de rescate, velado en directo por grupos de refugiados durante la travesía por el Mar Egeo que separa Turquía de Grecia y guiado los primeros pasos de su llegada a Europa y los reencuentros con los familiares que ya están en el viejo continente. También sigue de cerca la situación de los que se han quedado atrapados en la capital, Alepo, que se ha convertido en su segundo hogar pese a la distancia y a no haber puesto nunca un pie en aquella tierra. Ella asegura que viajará allí, pese a su pánico a volar, "cuando finalice la guerra".

La semana pasada, gracias a su intermediación, llegó a Vigo la primera familia de refugiados sirios. Llegaron tras una interminable huida de Alepo que comenzó hace más de dos años. Por aquel entonces, Layan, de 3 años, tenía meses. Viajó de Siria a Turquía en brazos de su padre, Bassel, de 32 años, que de la mano llevaba a su otra hija, Malak, que entonces tenía dos. Las niñas no saben qué fue de su madre y apenas conocen otra cosa que no sea la guerra. "El primer dibujo de la mayor, de cinco años, fue un barco en medio del mar", explica De Andrés, que subraya que el abrazo con el que se fundió con Bassel tras llegar su tren a Vigo compensa todas las lágrimas, el cansancio y las noches en vela observando en el ordenador si un pequeño punto en medio del mar que marcaba Google Maps avanzaba hacia la costa o desaparecía sin más.

Con el apoyo de numerosos ciudadanos anónimos, algunas organizaciones y la implicación del Concello de Vigo, a través de la concejala de Benestar Social, Isaura Abelairas, la familia está comenzando su nueva vida y, de hecho, las niñas comenzaron esta semana en el colegio mientras su padre y su tío buscan trabajo.

"Ayudar a estas dos niñas tan solo es una gota en el mar pero simboliza mucho", escribía De Andrés en el Facebook de Red Alert.

Red con 3.700 miembros

Lo que comenzó siendo una inquietud por una guerra que sucede a cuatro mil kilómetros se ha convertido en tres años en una asociación solidaria, Red Alert Refugees, con 3.700 miembros en todo el mundo. De Andrés dirige un aula de apoyo educativo en Vigo y también "coquetea" con la política pero lleva una "doble vida" en la que ha conocido y ayudado a cientos de personas."Ya no hay vuelta at rás, mi vida ha cambiado para siempre", subraya. Todo comenzó con las terribles imágenes de la guerra que veía en Facebook. "Cuando te llegan esas fotografías de personas que han muerto puedes decidir verlas o no. Y yo decidí que quería saber más", explica la fundadora de Red Alert. A partir de ahí conoció a Mohamed, un capitán sirio que le abrió los ojos sobre un conflicto que ha generado una crisis humanitaria que tan sólo encuentra precedentes en la II Guerra Mundial.

Las redes sociales, Facebook y sobre todo Whatsapp, han resultado una herramienta valiosísima para ayudar a los refugiados. El sistema parece complejo pero en la práctica, señala la empresaria, es muy sencillo. Ella crea grupos de Whatsapp que funcionan como una red para llegar hasta los propios refugiados. "Tras llegar a Turquía, antes de embarcar, les damos instrucciones básicas de navegación, les pedimos que comprueben si los chalecos flotan y que se peguen al cuerpo, con celofán, todos sus documentos de identidad,. También que protejan del agua el teléfono, que es vital", relata.

Y es que durante la travesía de apenas siete o veinte kilómetros desde la costa turca hasta las primeras islas griegas, pueden seguir conectados con tierra ya que en prácticamente todo el Egeo hay cobertura. Así, pueden ir enviando su geolocalización por Whatsapp para que desde Red Alert sepan en qué punto se encuentran y, cuando se aproximan a la costa, puedan enviar a alguna embarcación de voluntarios como ProActiva OpenArms o los Bomberos Voluntarios andaluces, por ejemplo, a auxiliarles. A veces, también piden la intervención de la guardia costera griega o turca.

Lamentablemente, son muchos los que mueren en el viaje. "El 4 de enero perdí un bote a 56 personas, oí por teléfono como se ahogaban", relata De Andrés una de las numerosas tragedias que le ha tocado vivir desde que decidió dejar de mirar hacia otro lado. "Todos podemos ayudar, querer es poder", asegura De Andrés.

Por eso, ahora uno de los proyectos inmediatos de Red Alert es encontrar un puesto de trabajo para que Bassel y Thaer puedan sostener a la familia y la captación de padrinos (con aportaciones mensuales que pueden ser incluso de 2 euros o donativos al ES95 2080 5040 5830 4002 3249) para que puedan afrontar el día a día de mientras no llega ese puesto de trabajo. "Bassel era mecánico en Damasco y Thaer informático pero quieren cualquier tipo de trabajo y sentirse útiles", explica De Andrés, que recuerda que esta familia "no tiene a donde regresar".

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