"Montamos muy rápido para poder estar activos cuanto antes, habíamos empezado con el primer cliente y de repente la organización nos dice que paremos. Es indignante", revela Alán Álvarez, uno de los tatuadores afectados con el cierre del evento.

Aunque la gran mayoría de los dibujantes son de Vigo y su área, también había negocios llegados de Suiza o Portugal. "Obviamente éstos son los que más pierden, pero a todos los afecta y mucho. Nos cobraron sobre 400 euros, a mi 490 porque mi stand es más grande y nos cobraron sabiendo que no cumplían la normal y si venía Sanidade cerraban el evento. Y tal cual", explica, indignado, Álvarez, quien recalca que "los tatuadores no tenemos nada que ver con el cierre. Ya cuando vimos a la mañana las garrafas y los cubos nos temimos ésto".

En su caso, como en el de muchos otros ya era su segunda participación en estas jornadas. "Teníamos clientes fijos, que se desplazaron porque sabían que íbamos a estar aquí y los hemos dejado tirados. Les advirtieron un año, hicieron lo que les dio la gana y ahora pasa lo que pasa", añadía Alán Álvarez.

A pesar de que la organización no puede seguir con el evento principal, estudia si dar continuidad a los conciertos programados para la convención, ya que el espacio en la Estación Marítima estaba alquilado por tres días.