El puerto exterior de A Coruña enfila los mil millones, más del doble de la inversión fijada en 2004 cuando se adjudicó el proyecto, y el Tribunal de Cuentas Europeo acaba de dar un aldabonazo ante el despilfarro de dinero público en la faraónica infraestructura, situada en una zona de la costa en la que las olas llegan a alcanzar los catorce metros en los días de fuerte temporal.

Las obras en Punta Langosteira fueron contratadas en 429 millones y recibieron en su primera fase 257 de fondos europeos. Solo trece, según las demoledoras conclusiones de la auditoría realizada por el tribunal de cuentas, están justificados a la vista de la baja actividad que han generado, mientras que 244 millones fueron a parar a zonas vacías "o con un nivel muy escaso de utilización", según denuncia el equipo que hizo la labor de fiscalización.

Langosteira se ha convertido en un pozo sin fondo de millones. El desfase presupuestario no ha parado de crecer a medida que avanzaban las obras. El plan de empresa de la Autoridad Portuaria de A Coruña hasta 2020 refleja que la obra consumirá hasta esa fecha 748 millones, pero no incluye otros 83 del vial de acceso recientemente inaugurado -al que le falta una prolongación, aún sin Declaración de Impacto Ambiental-, ni la red ferroviaria aún pendiente, cuyo gasto está estimado en 132 millones y ni siquiera ha empezado a construirse. La redacción de este último proyecto fue adjudicado en julio. El propio Tribunal de Cuentas censura este coste adicional en la conexión para el tren en una infraestructura portuaria que llega a calificar de "innecesaria".

La auditoría reevalúa los fondos destinados a obras en cinco puertos españoles y uno italiano que ya en 2010 eran "especialmente problemáticas". El de Langosteira se coloca como el paradigma del derroche de fondos comunitarios sin un resultado que justifique semejantes inversiones. De los 393 millones de dinero europeo que se ha gastado de forma ineficaz en dársenas vacías o infrautilizadas de los seis puertos, dos tercios fueron a parar al exterior de A Coruña.

La enorme inyección de fondos se ha traducido en que solo está ocupado el 10% de la capacidad portuaria creada en Langosteira. Demasiada inversión pública para tan pocos réditos doce años después de que las máquinas empezasen a trabajar. Los auditores sacan la conclusión de que "no era necesario gastar financiación de la Unión Europea en estas infraestructuras" y censuran que se hicieron mal los análisis sobre la rentabilidad de la multimillonaria obra. "No hubo ni una justificación económica ni un análisis adecuado de los costes y beneficios de antemano", reprueban, en un duro tirón de orejas a la Comisión Europea por autorizar grandes sumas en ayudas que se demostraron ineficaces.

En días de mal tiempo Punta Langosteira registra olas de diez metros, que llegan a superar los 14 cuando hay fuerte temporal. Para paliar los efectos del embate del mar se han devorado decenas de millones en obras complementarias. Fue necesario construir un contradique, con un coste de 36 millones de euros. El plan de empresa de la Autoridad Portuaria refleja que hasta 2014 estaba certificado el gasto de 612 millones, y en 2015 la institución preveía cerrar el ejercicio con otros cuarenta. Queda todavía mucho por pagar, cien solo hasta 2020. Y para entonces Langosteira aún carecerá de conexión ferroviaria, gasto no incluido en las cuentas.