Se acabó la incertidumbre. El Celta arrancará la temporada el lunes 22 de agosto a las ocho de la tarde frente al Leganés en el estadio de Balaídos. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, y el presidente del club, Carlos Mouriño, se reunieron la pasada semana hasta en dos ocasiones para abordar las condiciones en las que se disputaría el partido una vez que el campo está inmerso en un ambicioso proceso de reforma que afecta en esta fase a la grada de Tribuna. Y de ese diálogo ha salido una solución. El día del arranque de la Liga, la grada denominada ahora Tribuna Baja, anteriormente Preferencia, se abrirá a los socios y tres semanas después -el 11 de septiembre- cuando el equipo tenga que recibir al Atlético de Madrid se habilitará el resto de la nueva grada. En ambos casos, la cubierta no estará colocada.
La decisión se tomó durante el fin de semana después de que el gobierno municipal -con Caballero y el concejal de Fomento, David Regades, a la cabeza- y los técnicos estudiasen a fondo las diferentes opciones abiertas. Una vez que el regidor anunció que era imposible que la nueva Tribuna estuviese completamente acabada para el debú liguero, el esfuerzo se centraba en intentar ofrecer una solución viable para el choque contra el Atlético de Madrid. Porque tanto el Celta como el Concello sabían que si bien en el partido contra el recién ascendido Leganés-un lunes y en verano- era factible reubicar si fuese necesario a los socios en otras gradas, contra los colchoneros -una escuadra que atrae a muchos aficionados- la situación se volvía más compleja. Respecto al primer partido de la Europa League, en el Concello están convencidos de que la propuesta será aceptada por los responsables del fúbol europeo, aunque todavía no se conoce el calendario que tendrá que afrontar el conjunto de Eduardo Berizzo.
"La mejor opción"
El acuerdo final, que satisface a la directiva del Celta, es que Tribuna Baja se abrirá para el primer encuentro y el resto de la grada para el segundo, si bien en ambos casos la cubierta no estará instalada. "Hemos barajado todas las posibilidades y estamos de acuerdo en que ésta es la mejor. Es posible aunque improbable que a finales de agosto o a principios de septiembre llueva, pero en ese caso, nos tendremos que mojar como ya ocurre en muchos estadios de España, como el Camp Nou del Barcelona o el Vicente Calderón del Atlético de Madrid y no pasa nada", alegan.
En el Concello admiten que esta situación podría ocasionar algún malestar. "Sabemos que al principio se pueden generar incomodidades, pero que los socios y los aficionados tengan claro que merece la pena. Estamos construyendo un nuevo estadio del que se sentirán muy orgullosos y dentro de poco tiempo nadie se acordará de estas semanas", explican fuentes municipales.
Una vez finalizada la reforma de la grada en la que el Concello está invirtiendo casi cinco millones de euros, Tribuna Baja podrá acoger a 2.210 socios, mientras que en la zona alta se sentarán otros 3.500. En total, se prevé destinar casi 30 millones de euros a la transformación total de la catedral del celtismo, una demanda reiteradamente expuesta por las peñas, los socios, los aficionados y la propia junta directiva.
Autorización técnica
La decisión de abrir la nueva grada al público cuenta con el aval de la dirección responsable de la reforma, así como con el de los técnicos municipales. "Si no hubiese la máxima garantía de seguridad, es evidente que la grada seguiría cerrada, pero los ingenieros dicen que se puede abrir sin correr ningún riesgo", garantizan desde el Concello.
Pese a no contar con la cubierta, las gradas sí dispondrán de los nuevos asientos con respaldo retráctiles. Además para el inicio de la competición está previsto que estén operativos algunos de los baños para los aficionados. Respecto al marcador y a la megafonía, las mismas fuentes aseguran que "en ningún momento estaba en duda que iban a funcionar".
Los nuevos vestuarios no estarán disponibles hasta el próximo año, por lo que los jugadores, el cuerpo técnico y el equipo de colegiados tendrán que seguir utilizando los mismos que la temporada pasada. "Eso ya estaba previsto desde el primer día", aclaran.
Desde el Concello se reconoce que la apertura de la nueva Tribuna sin estar concluida al cien por cien la obra obliga a reprogramar la actuación. "Debemos revisar el cronograma. Seguramente abrirla antes de tiempo nos obligará retrasar un tiempo la colocación final de la cubierta, pero tanto el Celta como nosotros creemos que esto es lo mejor. Nunca nadie barajó la posibilidad de jugar los partidos en otro estadio", argumentan.
También es seguro que las medidas de refuerzo necesarias para construir la cubierta con las máximas garantías obligarán a elevar el presupuesto de la obra, aunque la cifra todavía está por definir. "Es lógico que sea necesario algo más de dinero, pero aún no sabemos con exactitud cuánto, pero no habrá ningún problema", zanjan.
El PP exige al alcalde explicaciones sobre la reforma "por respeto a los vigueses"
- El concejal del Partido Popular Miguel Fidalgo exige al alcalde Abel Caballero que concrete el calendario de la reforma del estadio. "Está claro que aquella hoja de ruta inicial, con aquellas fotos de campaña en las que hablaba de que Tribuna estaría lista y de que tendríamos un nuevo Balaídos en 2017, ha quedado ridiculizada por la realidad. Por ello exigimos respeto y concreción", demanda el edil.Su grupo municipal ha presentado una moción que se debatirá en el pleno de mañana para que el gobierno "informe sobre los problemas del proyecto, que aclare los plazos de las obras en las gradas de Tribuna y si estos van a suponer un incremento de costes". Además exigen las previsiones que manejan para la actuación en las gradas de Río, Marcador y Gol."Es una moción con la que buscamos facilitarle el trabajo a Caballero, permitiéndole que explique estas cosas. Aunque nos tememos que se va a escapar del pleno cuando le toque hablar, como ya nos tiene acostumbrados", asegura Fidalgo, quien mantiene que los aficionados y los vigueses "estamos huérfanos de información".
