Los desahucios descienden en Vigo y se sitúan en una de las cifras más bajas de los últimos años. Pero pese a ello la problemática continúa muy presente como lo demuestra el hecho de que cada día de media se registra al menos un desalojo. Y en ocasiones el número es superior. Éstos son los principales datos que se desprende del balance relativo al primer semestre del año del Servicio Común de Notificaciones y Embargos de la urbe olívica, la oficina judicial que se encarga de ejecutar lo que jurídicamente se denominan lanzamientos. Entre enero y junio se registraron 287 desahucios, prácticamente un 15% menos de los más de 330 que hubo en el mismo período de 2015. Si se echa la vista atrás, se trata de la segunda cifra más reducida desde 2010, tras los 286 contabilizados en los primeros seis meses de 2013, año en el que el clamor social y las reformas legislativas realizadas sobre esta materia provocaron un significativo descenso de los desalojos.
Las estadísticas evidencian que en el primer trimestre de 2016 hubo 129 lanzamientos y en el segundo, 158. En total en estos seis primeros meses la cifra ascendió a 287. Los que se producen como consecuencia del impago de la hipoteca, precisamente los que fueron protagonistas de importantes reformas legislativas, son los menos. Y es muy infrecuente que la comisión judicial, cuando se persona en el inmueble, se lo encuentre ocupado. Los que predominan son los que se registran debido a las deudas de las rentas del alquiler. "Es una tendencia que se viene observando en los últimos años y que continúa", afirma Fernando Varela, secretario del servicio común.
Embargos
¿Y los embargos que también competen a esta oficina judicial? Desde enero hasta junio hubo 340, un 20% menos que los más de 420 de este mismo período en 2015. Y la mitad que los 680 que, en el mismo tramo temporal, se registraron en 2012. Una disminución que en realidad podría no ser tan acusada, ya que en las estadísticas del servicio no se contabilizan las diligencias que ya realizan telemáticamente los propios juzgados.
Entre los embargos más frecuentes están los de propiedades inmobiliarias o vehículos. Otros más anecdóticos son, como ya hubo alguna vez, la recaudación en efectivo de locales de hostelería u objetos de valor como cuadros.
