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El Puerto admite el desinterés empresarial por reactivar la actividad frigorífica en Beiramar

"No veo ningún entusiasmo por ocupar las naves vacías", reconoce Veiga -Saca a concurso la de Frigoríficos Berbés y si queda desierto frenará el segundo que prepara para el de Pescapuerta

La Autoridad Portuaria se ha topado con obstáculo crucial para sacar adelante su ambicioso plan de ocupar las naves vacías en sus terrenos como las de Beiramar. Su presidente, Enrique López Veiga, admite el desinterés de las empresas por ocupar los inmuebles disponibles. "No veo ningún entusiasmo", revela. Pese a ello no se da por vencido y volverá a intentarlo haciendo algunos cambios en los próximos concursos para hacerse con estas concesiones. Con el objetivo de aumentar el atractivo de las ofertas, además de destinarlas a "industria frigorífica y actividades complementarias de la misma", aceptará usos vinculados a la "interacción puerto-ciudad".

Donde antaño se concentraba la potente industria frigorífica y conservera ahora existe una actividad industrial muy reducida. Entre Beiramar y Jacinto Benavente destaca más la estética de abandono y ruina que aquel dinamismo impulsado por las casas armadoras. Antes de Pescapuerta, la última en abandonar la zona donde explotó su frigorífico durante 40 años, todo este ámbito de concesión portuaria había provocado más sinsabores que alegrías a Praza da Estrela. Como los incendios que devoraron hasta dejar esquelética la estructura de la nave de Fribesa (Frigoríficos Berbés S.A.), y otro declarado al poco de iniciar las obras Frigalsa en la antigua propiedad de Freiremar. Aparte de la iniciativa de esta compañía, con las remodelación ya muy avanzada que transformará la edificación lindante con la glorieta de Barreras en una planta específica para el almacenamiento de atún congelado, nadie más ha vuelto a interesarse por asentarse en esta zona ribereña. "No veo ningún entusiasmo por parte de las empresas. Algunas preguntaron pero quedó en nada", lamenta López Veiga.

Y no ha sido por falta de empeño de la Autoridad Portuaria. Al poco de asumir las riendas del organismo, su presidente se declaró convencido de que Beiramar podría volver a convertirse en el emblema que fue para la ciudad y ha impulsado varias acciones para conseguirlo. Pero tal vez haya confundido el deseo con la realidad. Como sostienen fuentes empresariales, "ahora los armadores comparten frigoríficos y los de mayor capacidad ni siquiera se encuentran en el municipio de Vigo", argumentan.

Hasta la fecha, la búsqueda del Puerto de nuevos concesionarios para Beiramar ha fracasado. Cuando sacó a concurso la nave de Pescapuerta no recibió ni una sola oferta por lo que fue declarado desierto. Para evitar idéntico resultado con la de Frigoríficos Berbés, en la nueva convocatoria para optar a esta concesión -colgada ya en la web portuaria- se incluye la posibilidad de destinarla a esos usos antes mencionados de industria congeladora o para actividades vinculadas a la "interacción puerto-ciudad", la misma clasificación recogida en el Plan de Usos para la nave de rederos de O Berbés, que finalmente albergará oficinas.

Pero a diferencia de la que desalojó la citada armadora en Jacinto Benavente dejándola en muy buen estado, la nave de Frigoríficos Berbés, entre Beiramar y Severo Ochoa, es una completa ruina. Su estructura quedó tan tocada de los dos incendios que el nuevo concesionario tendría que costear una construcción nueva. López Veiga cree que ampliando la concesión a 40 años contribuirá a hacerla más interesante. En cualquier caso, sus expectativas de encontrar un concesionario para esta nave, si no bajas no son ni mucho menos tan entusiastas como hace unos meses. Así que esperará al resultado de esta convocatoria antes de decidir si vuelve a ofertar la antigua sede de Pescapuerta.

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