Salvamento Marítimo prevé estrenar este verano la torreta de comunicaciones que sobre la cúspide de los montes de San Miguel de Oia duplicará el alcance que ofrecen los radares desde su posición actual, en la isla de Toralla. La entrada en funcionamiento de este complejo entramado de antenas había quedado en el aire a finales del año pasado cuando Patrimonio de la Xunta ordenó la paralización parcial de las obras tras advertir que el cableado que suministrará electricidad invadía un área arqueológica. Tras este impás, y después de que la adjudicataria de la actuación, Tragsa, presentara los informes exigidos por el departamento autonómico, el Concello ha informado favorablemente a la reanudación de los trabajos.
Ahora sólo falta que Patrimonio no ponga nuevas trabas para que Salvamento pueda disponer en los meses estivales de una infraestructura que por su elevado emplazamiento supondrá para el centro vigués de Sasemar una mejora sustancial en la observación del tráfico marítimo en las rías de Vigo y Pontevedra e incluso podría derivar en el futuro de una ampliación de las aguas de su competencia en cuanto a emergencias.
Desde el pronunciamiento favorable de Urbanismo el pasado 25 de febrero, Tragsa ha acelerado los trabajos en la parcela de 5.000 metros cuadrados que ocupará la llamada "Estación Remota", ubicada en una atalaya de 360 metros de altura sobre el nivel del mar propiedad de la junta de montes de San Miguel de Oia. Desde Salvamento estiman que la obra civil, las casetas, y las secciones de la torre estén montadas entre marzo y abril.
En paralelo o a continuación se llevará a cabo la otra fase del proyecto, donde surgieron los problemas arqueológicos, aunque está supeditada a ese último dictamen del Patrimonio. Llevar la electricidad hasta la torre de comunicaciones conllevará la instalación de "miles de metros de cable", según fuentes de Salvamento, que discurrirán también por montes comunales de Coruxo. Precisamente, apenas un centenar de metros de este cableado era el que afectaba al área arqueológica, si bien fuentes conocedoras de la actuación precisan que "solo bordeaba" los yacimientos catalogados en este ámbito.
Cuando concluyan todas estas obras será el momento de proceder al traslado de las antenas y radares que hasta ahora, sobre la terraza del edificio de la isla de Toralla, facilitan la observación del tráfico marítimo a los controladores del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo (CCS) de Vigo, con sede en el edificio de la Estación Marítima. Adquiridos hace tres años por valor de 2,3 millones de euros, los equipos de Toralla serán los que funcionen en Toralla de manera que la inversión en la infraestructura de San Miguel de Oia se limitará a los poco más de 500.000 que consumirá la obra civil más el coste correspondiente al trazado del cable.
Al tratarse de sistemas tecnológicos muy vulnerables a cambios en su posición, a su traslado seguirá un largo periodo de ajustes y calibración. Además, como estos radares en Toralla suministrará una imagen limpia de obstáculos a los monitores de la Estación Marítima ya no será necesaria la antena de apoyo en el hotel Bahía, que Salvamento retirará a continuación.