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Grave siniestro en el barrio de Casablanca

"¿Lo que nos preocupa? Volver cuanto antes a nuestras casas"

Aún con el "miedo" en el cuerpo pero ya más tranquilos, 46 de los vecinos realojados cumplieron ayer su segunda noche de hotel

Los vecinos realojados, ayer al mediodía comiendo en el Hotel México de Vigo. // A. Irago

"Esto hay que tomarlo con paciencia...; y con filosofía". Un día después de la fatídica explosión, y tras su primera noche fuera de sus casas, los vecinos del edificio siniestrado de San Salvador tenían ayer aún el "miedo" en el cuerpo. Les resultó "difícil" dormir, pero se muestran más tranquilos. Su preocupación es poder "volver cuanto antes" a sus casas. "No sabemos cuánto va a durar esta situación; no parece inmediato ni fácil, hay mucha burocracia, muchas aseguradoras involucradas", opinaban algunos, que al mismo tiempo no ocultaban su inquietud por no poder por ahora recoger más enseres personales que los que les permitieron el mismo día de la explosión por la tarde. "Hay gente que quiere coger más pertenencias, pero no lo permiten; hablaremos con la concejala para ver la forma de que puedan hacerlo; si esto se alarga les van a hacer falta", afirmaba José Grela, uno de los responsables de la comunidad de propietarios del inmueble.

De los 66 afectados, 46 fueron realojados en el Hotel México por el Concello. Ayer al mediodía comían todos juntos. Son, describen, "una piña". "El comportamiento de las fuerzas de seguridad, del Ayuntamiento... fue chapó; nos están cuidando muy bien", afirma Flora Sacau, del 5A y la más veterana del inmueble: vive allí desde 1964. Con ella compartían mesa en el comedor un residente del 3B y un matrimonio del 3A, Pedro y su esposa. Él fue de los que colaboró en un primer momento en apagar el incendio en casa del fallecido y en los tendales del patio de luces. "En diez minutos ya llegaron los primeros policías, fueron rápidos", agradece.

Entre los afectados hay vecinos de toda la vida. O más recientes, como María Dolores y su compañera de piso, del 2B. "Tuve un ataque de ansiedad; estaba en cama cuando fue la explosión y la ventana no me pilló por segundos; impactó en mi almohada", afirma Dolores. En el 2C viven de alquiler tres estudiantes universitarios de Telecomunicaciones y Educación Infantil. Pablo, Andrés y Cristian. La deflagración los pilló lejos de Vigo, en los carnavales de Xinzo. Ayer, en el hotel, contaban que aguardan a que "evalúen" los daños.

Así, a la espera de que les concreten los desperfectos, están todos los residentes. En contacto con ellos se encuentra la edil Isaura Abelairas y el Ayuntamiento también puso a su disposición trabajadores sociales y una psicóloga. Los afectados que no están en el hotel permanecen con hijos, padres u otros familiares. Cosas tan básicas como medicinas o documentación las tienen en sus manos, pero en los pocos minutos que el martes tuvieron para recoger enseres en sus domicilios, muchos se olvidaron de otras pertenencias imprescindibles. "Me bloqueé al llegar allí", dice una residente. Hubo a quien el banco le "fió" dinero porque tiene sus tarjetas de crédito atrapadas en casa. A otros les dejaron ropa. En el caso de personas con tratamiento médico, el Concello está en contacto con el Hospital Álvaro Cunqueiro.

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