"¿Quién no se han encontrado alguna vez en su buzón un aviso de Correos comunicándole la llegada de un paquete con un obsequio que alguien le envía o un artículo que adquirió por internet pero debe esperar al día siguiente, o si le coincide en sábado, hasta el lunes, para recogerlo en la central?". Antonio Martínez, responsable de Gestión de Nuevos Negocios de la compañía postal formula esa pregunta para incidir en el efecto "revolucionario" de unas máquinas que se preponen extender por toda la geografía nacional. El ingenio se bautizó con HomePag, mide lo mismo que el cajero automático de una sucursal bancaria, y permite tanto la recepción como el envío de paquetería durante las 24 horas del día sin alejarse del domicilio más allá del portal del edificio. Animado por los buenos resultados obtenidos tras un año de pruebas en 500 bloques residenciales de Madrid, Correos ya ofrece a las comunidades de vecinos la posibilidad de solicitar una de estas terminales automatizadas con las que buscan además de mejorar su servicio facilitar la actividad del comercio electrónico.
Los presidentes de las comunidades de los edificios que bien por iniciativa propia o por insistencia de sus vecinos quieran conocer más sobre la funcionalidad de estas máquinas, y hasta se planteen acudir a las oficinas postales para solicitar una, deben saber que antes de sopesar su instalación Correos establece una serie de requisitos. El primero, que el edificio o edificios cuente con al menos 40 viviendas, y sus propietarios aprueben su colocación en "una zona común y protegida", en asamblea. La comunidad solo pagará el gasto eléctrico que genera la actividad de la máquina, "comparable al de una bombilla", apuntan los técnicos postales. Los otros costes, instalación y funcionamiento, "correrán por cuenta de Correos". Pero como recalca su responsable de Nuevos Negocios, "que lo soliciten y que cumpla los requisitos no garantiza que le pongamos un HomePaq".
En esta decisión influyen otros parámetros. Como que el perfil de residente coincida con el del comprador habitual o mayoritario de de internet, en realidad, el potencial beneficiario de la terminal. Y de hecho, otro de los requisitos para que Correos valore ubicarlo en un edificio es que la zona cuente con una amplia cobertura de internet.
Con un código y desde el móvil
Sin una buena cobertura de datos (3G o 4G) no podría funcionar, y a quien no esté adaptado a las nuevas tecnologías le costará familiarizarse con esta herramienta. Pero su funcionamiento resulta sencillo. A través de una aplicación en el móvil o desde el ordenador, el vecino se da de alta como usuario de HomePaq. De esta manera, cada vez que quiera enviar o recibir un paquete le llegará un código de barras al móvil o por correo en su computador que permitirá acceder a la terminal para recoger el paquete o bien enviarlo.
Durante el próximo año, el "plan de acción" de Correos contempla la instalación de 5.000 HomePaqs en toda España, y otras 90 unidades de su "hermano mayor", el CityPaq. De idénticas funciones aunque de mayores dimensiones, esta variante de la misma terminal se instala en lugares de gran concurrencia como estaciones de ferrocarril o centros comerciales. Para solicitar la entrega del paquete en este innovador dispositivo ya hay 20 tiendas cuyas webs lo ofrecen como una opción más al usuario. Antes de finalizar el año operarán en España 60 de estos dispositivos. "Vigo está entre las ciudades elegidas para colocar un CityPaq, y el próximo año comenzaremos a analizar los emplazamientos ", avanza Antonio Martínez.
