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INCENDIO FREIREMAR

"Daba miedo ver las llamas"

El fuego y la intensa humareda sorprendieron a todos los que se encontraban cerca de la Plaza de la Industria Conservera

La columna de humo de Freiremar desde Bouzas // Marta G. Brea

La Plaza de la Industria Conservera presenció ayer como las nave de una de las empresas más conocidas de la ciudad, Freiremar, era devorada por el fuego. Con ella, Albo, otra compañía con muchos años de tradición, tenía que ser desalojada al estar a su lado. Sus cerca de 300 trabajadores desfilaron hasta donde se encuentra Pescanova tras la orden de la Policía, dejando atrás todas sus pertenencias en los vestuarios que se encuentran en el edificio que la firma también utiliza como almacén y comedor.

"Lo primero que hicimos fue comprobar que estábamos todos bien, todavía tenemos el susto en el cuerpo", explicó a los medios uno de los operarios que se encontraba realizando la obra cuando se inició el fuego, provocado aparentemente por una chispa durante un proceso de soldadura. "Todo fue muy rápido", aseguraron los trabajadores, "solo pudimos ponernos a salvo, no sabemos qué va a pasar con estos puestos de trabajo".

"Tan pronto como salimos ya se podían ver unas llamas impresionantes y todo el humo que venía de allí. Daba miedo ver el fuego", comentó Pedro Bollaín, uno de los operarios de Albo. En la puerta de la fábrica, situada en la calle de la Paz, se encontraban todas las trabajadoras y trabajadores de la empresa, esperando poder llevarse algo a la boca. "No pudimos comer porque tenemos todo en ese edificio", concluyó Bollaín, pasadas las tres de la tarde.

Pedro Bollaín | Trabajador de Albo

"Tan pronto salimos se podía ver todo el humo que venía de allí"

María | Trabajadora del Toys´R´Us

"Hubo cierto nerviosismo porque las llamas eran tremendas"

Sin embargo eso no fue lo que más preocupaba a los empleados. Las poderosas llamas que salían de la nave de Freiremar hicieron temer lo peor por un momento a estos trabajadores que veían peligrar su empleo. "Fue una situación de alarma pero todo se realizó de forma ordenada y calmada", concretó José Ángel Pérez, uno de los encargados que dio la voz de alarma cuando salió al patio. "Ahora veremos cuando podemos entrar a por nuestras cosas y si se puede salvar algo de lo que está afectado", sentenció Bollaín, en referencia al almacén que Albo tiene en la nave de Freiremar.

No muy lejos de la fábrica se encuentra una sede de Correos, justo haciendo esquina con Jacinto Benavente. Allí, algunos trabajadores aseguraron haber escuchado una explosión antes de que se iniciase el fuego, si bien concretaban que tampoco había sido de gran intensidad. "Uno de los compañeros que se encontraba aquí trabajando en ese momento juró haberla escuchado", explicó Pilar, encargada de la oficina que grabó con su móvil como las llamas brotaban del tejado desde el ventanal de sus dependencias. "El incendio dejó ceniza por toda la calle, no paraba de caer, pero el humo no llegó hasta aquí porque pasaba por encima, por lo que no hizo falta que la Policía tuviese que desalojarnos", comentó.

José Ángel Pérez | Encargado de Albo

"Fue una situación de alarma pero el desalojo se realizó de forma ordenada y calmada"

Yelisa Castillo | Camarera del Copa Dorada

"De repente los clientes se empezaron a levantar asustados y sacaron sus móviles"

Algo que, por el contrario, sí pasó en la conocida juguetería que se encuentra frente a la factoría que ardió. El Toys'R'Us fue primero cerrado por orden de la Policía Nacional con trabajadores y clientes dentro y, más tarde, desalojado. "Nadie podía salir y hubo cierto nerviosismo porque las llamas eran tremendas", aseguró María, una empleada de la tienda que atendió a los medios.

"De repente el sol se nubló y las llamas pasaban por encima de nuestro tejado", explicó María. Cuando se produjo el fuego en su interior se encontraban cuatro empleados, dos encargados y cerca de una veintena de clientes, entre los que se encontraban varios niños.

Pilar | Encargada de la oficina de Correos

"Uno de los empleados pudo escuchar una explosión antes de que empezase el fuego"

Con los coches aparcados frente al comercio, los padres esperaron pacientemente hasta que, pasadas casi dos horas, los agentes permitieron la entrada al edificio y la retirada de los vehículos.

La conmoción y sorpresa causada por el incendio llegó también a los muchos locales de la zona, en especial los de la calle Coruña y de la Paz. En esta última se encuentra el bar Copa Dorada. Allí, los clientes se apelotonaban frente al cordón policial observando como el espeso humo negro sobrepasaba los edificios. "De repente, todos se comenzaron a levantar asustados y empezaron a sacar los móviles. Yo me acerqué para ver qué pasaba. Me limpié las gafas antes para creerme lo que veía", comentó Yelisa Castillo, camarera del local, que recordó que la ceniza, de gran tamaño, y el intenso olor ocupaban toda la calle.

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