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Fue noticia en 1903

Invasión alemana

Quince navíos de guerra y casi ocho mil soldados estuvieron en Vigo durante una semana en mayo de 1903

Flota de buques de guerra alemanes durante su visita a Vigo en 1939. // Fdv

El 24 de mayo 1903 no fue un día normal. En la ría viguesa, y también en los muelles, se encontraron quince barcos de guerra de Alemania. Llegaron para darles descanso a sus tripulaciones y también para aprovisionarse. Fue un espectáculo único, según relatan las crónicas del Decano. Miles de vigueses contemplaron un paisaje único. La flota procedía de América del Sur, donde había participado en un bloqueo marítimo a Venezuela. Ese conflicto se había solucionado tres meses antes tras la firma de un acuerdo internacional en Nueva York.

Vigo se preparó para acoger a los casi ocho mil marineros que componían las tripulaciones de las embarcaciones. Manuel Posada, que llevaba cuatro meses como alcalde de la ciudad, ordenó que las calles se engalanaran. También organizó fiestas en colaboración con las entidades locales. Fue una semana intensa en la que se sucedieron multitud de acontecimientos, algunos de ellos curiosos y otros cargados de simbolismo.

El primer paso fue desalojar casi todos los muelles disponibles para poder acoger a la flota alemana. Numerosos barcos de pesca tuvieron que ser desplazados a Bouzas. A pesar de ello, varias embarcaciones alemanas fondearon en la ría. El primer acto de las autoridades fue el realizar una recepción oficial, algo habitual en estos casos. A la ría viguesa llegaron el 'Witlesbahch', Prit Henrich', Wilher des Gross', 'Amazone', Wettin', 'Friedrich III', 'Freya', 'Carl der Grosse' y 'Wilhem III', entre otros. En aquella época la flota alemana de guerra estaba compuesta por 170 barcos.

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El Casino de Vigo fue una de las primeras entidades que organizó una fiesta. Invitó a los marineros alemanes y también a los vecinos de Vigo. La única condición que puso para acceder a sus salones era la prohibición de entrar para los menores de quince años. El Ayuntamiento programó otras, sobre todo en la alameda, donde todos los días se realizaba un concierto de la banda municipal. También el Berbés se convirtió en un centro neurálgico, con actuaciones en las calles y animación constante.

Los responsables militares alemanes les concedieron permisos a los soldados para estar en tierra. Hubo también excursiones organizadas a Tui, Baiona, Cesantes y Redondela. En este último lugar tuvieron que realizar la fiesta en la Plaza de Abastos debido a la intensa lluvia que comenzó a caer.

Fiesta en los barcos

Pero al margen de las que se organizaban en la ciudad, también tenían lugar en las embarcaciones alemanas. Los soldados invitaban a los vecinos de Vigo a asistir. Casi todas comenzaban a última hora de la mañana y terminaban sobre las siete. En las mismas se incluía la comida. Los alemanes tenía la gentileza de ofrecer regalos a sus invitados y una tarjeta en la que se mostraba el menú del día en alemán. El acceso a las embarcaciones fondeadas en la ría se realizaba a través de ligeras embarcaciones también alemanas.

La presencia de tan elevado número de marineros en Vigo provocó un colapso en la central de Correos. Eso se explica cuando sus responsables desvelaron que se habían enviado 35.000 tarjetas postales. La ocasión fue aprovechada para reclamar más trabajadores en este servicio.

Fue una semana de estancia en la ciudad. Para la despedida, el ayuntamiento decidió celebrar el 'día del marinero'. Se organizó una fiesta en el Berbés a la que acudieron miles de personas. En señal de agradecimiento por el trato recibido, los barcos alemanes encendieron sus "espectaculares luces" a última hora de la tarde. Nunca antes se había presenciado algo igual en Vigo.

En la despedida, los alemanes destacaron el 'el trato amable' de los vigueses y no descartaron el establecer una base logística en el puerto. No se hizo realidad. Sin embargo, la presencia de barcos de guerra de ese país fue constante durante los siguientes años. Era un lugar de paso hacia otras rutas y también un refugio en caso de mal tiempo en el mar.

Una visita similar se produjo en 1939, cuando la ría viguesa se llenó de embarcaciones alemanas. En ambos casos, su presencia causó una gran expectación e incluso fue recogida por periódicos a nivel nacional. Las visitas de los alemanes causaban también un gran impacto económico en la ciudad y también en su entorno. La de 1903 fue la primera, pero después fueron muchas más.

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