"Es muy triste". Josefa, conocida por todos los clientes de la tienda de instrumentos musicales Manrique Villanueva como Pepa, es incapaz de ocultar su lamento por el cierre del negocio, en el que ha trabajado durante los últimos 46 años, lo que le permitió coincidir tanto con Villanueva como con el actual responsable, el sobrino-nieto del fundador, José Manuel Sobrino Manzanares, que asumió el mando del establecimiento junto a sus hermanos en 1972, año en el que falleció Manrique Villanueva, que había fundado la tienda junto al compositor Reveriano Soutullo, que años más tarde se desprendería de su parte.

"En vez de cerrar, ya que no éramos ni expertos ni músicos, en homenaje a nuestro tío continuamos con el mismo personal -llegaron a coincidir cinco trabajadores- y el mismo estilo de tienda, no hemos cambiado nunca la actitud ni la forma de trabajar de nuestro tío", explica José Manuel Sobrino, que explica las claves de la decisión de cerrar las puertas tras 107 años de actividad dedicada a "todo lo que es música clásica y artesanía gallega". Las estanterías, antaño repletas, solo conservan algún instrumento

"No se puede mantener porque surgen cosas nuevas como internet o los alquileres -el negocio está afectado por el fin de los contratos de renta antigua-, algo que es inasumible y nos hace cerrar", destaca el responsable, que agradece las facilidades proporcionadas por el dueño del local al darles un mes de plazo para liquidar existencias.

Con el establecimiento prácticamente vacío, quedan únicamente los recuerdos, inmejorables para José Manuel. "Nos da muchísima pena, hay que ver todos estos muebles, los materiales, no hay nada como esto", indica el responsable del negocio, un reclamo también para los turistas: "Aunque no compraran, entraban en masa a ver la tienda, a sacar fotografías".