Una madre se sentó ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal 3 de Vigo acusada de infligir duros castigos físicos y psíquicos a su hijo, hechos supuestamente ocurridos en 2013, cuando el menor tenía 8 años, y que provocaron que le retiraran cautelarmente la guarda y custodia del niño, que ahora la tiene el padre. La fiscal acusa a esta polaca residente en Vigo, E.B.G., de golpear presuntamente al pequeño con una paleta de madera de cocina, frotarle la lengua con estropajo o de mandarle arrodillar con los brazos en cruz, cargándolo de libros y con garbanzos bajo las rodillas. La mujer lo niega: asegura que "nunca" sometió a su hijo a castigos físicos, sino que al contrario lo educaba con "pautas" y una "terapia de contención" que le indicaron en un centro de psicología al que fue para que le ayudaran a "canalizar" el comportamiento "agresivo" y "desobediente" del niño. A su juicio, el menor relata que ella lo sometió a ese maltrato porque es "muy fantasioso". "Y su máxima fantasía es vivir con su padre", declaró.

Fiscalía y acusación particular, ejercida por el padre, atribuyen a esta madre tres delitos de maltrato, uno de ellos habitual, y piden su condena a 5 años de cárcel y 8 años de alejamiento del niño, al cual ahora visita dos días por semana en un punto de encuentro. La abogada defensora solicita la libre absolución.

La fiscal sitúa los hechos en los primeros meses de 2013. Todo se descubrió en abril de ese año, cuando la madre llevó al niño a la pediatra por un catarro y ésta le vio hematomas en brazos, oreja, nalgas y piernas. La madre dijo a la médica que su hijo se había dañado en el colegio pero, al quedar a solas con el menor, éste confesó que había sido "mamá". La doctora, siguiendo el protocolo, decidió denunciar.

La madre se declaró inocente: "Estoy en contra de los castigos físicos". Sobre los hematomas de su hijo que vio la médica, alegó que había tenido una "pelea" con el niño porque lo sorprendió con un "comportamiento sexual" hacia su hermana de 3 años. "Oí gritar a la niña, quise apartarlo de ella, se puso agresivo escupiéndome y con patadas y usé terapia de contención para tranquilizarlo, cogiéndolo de los brazos; por eso las lesiones, tiene una fuerza enorme", dijo, añadiendo que su hijo también solía pelearse en el colegio "con niños mayores" o "deslizarse de rodillas" por el pasillo del centro escolar. La imputada cree que su hijo la acusa de este tipo de agresiones porque ella le ponía "pautas" de estudio y comportamiento que debía cumplir. "Pero a él no le gusta estudiar, es inteligente pero vago; y aprovechó con su padre la situación para contar estas cosas", concluyó. El juicio continúa el 11 de abril con más testigos y peritos.