El Bernardo Alfageme parece tener emplazamiento definitivo tras una errática singladura desde hace trece años, cuando el histórico buque fue donado al Concello por la antigua empresa propietaria. Después de una restauración que costó casi medio millón de euros a las arcas públicas y de los vaivenes sobre si mantenerlo como museo flotante o exhibirlo en tierra, el único pesquero de altura gallego de la primera mitad del siglo XX que aún se conserva, construido en los astilleros Hijos de J. Barreras y entregado en 1944, será izado desde los muelles de Bouzas, según confirman fuentes del gobierno local, y transportado a Coia, donde pasará a adornar la rotonda de la avenida de Castelao, al lado del hipermercado Alcampo.

El Alfageme, uno de los diez barcos de la serie Standard Barreras construidos en el astillero vigués, fue dado de baja en 1998 y dos años después pasó a manos del Ayuntamiento. Su carácter único lo convierte en un importante bien patrimonial de la cultura pesquera gallega. El buque, fabricado en acero y con una eslora de 27 metros, faenó sobre todo en el Gran Sol e hizo sus últimas mareas en el sur de Portugal.

El primer planteamiento del Concello tras recibirlo pasó por rehabilitarlo y exhibirlo en tierra, pero después surgió la idea de exponerlo en el muelle del Museo del Mar. El calado allí, sin embargo, es insuficiente, y las gestiones con la dirección del recinto fracasaron. En 2008 el Ayuntamiento firmó un convenio con el Colegio de Ingenieros Navales para elaborar un proyecto de musealización, recuperando el barco para la navegación. La reparación supondría un gasto de 300.000 euros, de modo que la iniciativa tampoco fraguó y el barco quedó amarrado en Bouzas sin destino. Aunque parado, genera gastos y hubo que invertir 18.000 euros para garantizar su flotabilidad.

El gobierno local ha tomado ahora la decisión de exhibirlo en tierra y el lugar elegido es la glorieta de Coia. La operación de traslado está prevista para el primer trimestre de 2014 y será compleja. "Habrá que levantarlo con varias grúas y transportarlo en góndolas especiales", apuntan fuentes municipales. La maniobra, con la estructura para anclar el barco a la rotonda, podría alcanzar los 300.000 euros. El buque haría así su último viaje 60 años después de salir a la mar.