Noticia del 5 de mayo de 1968: a las doce del día de ayer tuvo lugar la bendición y colocación de la primera piedra del edificio que va a ser levantado sobre el solar que ocupó el viejo mercado de La Laje, cuyo nombre lleva también la entidad que va a llevar a la realidad el proyecto de una gran edificación de 19 plantas con destino, diez de ellas, a hotel de primera A con 102 habitaciones de dos camas y las otras nueve a apartamentos en número de 64. El presupuesto total de la obra sobrepasa los cien millones de pesetas.

Presidieron el acto el alcalde de la ciudad y otras autoridades, párroco de Santa María y representaciones, a quienes acompañaban el presidente y consejo de Administración de Lage, S. A. de la que forma parte la empresa Meliá, cuyo director y alto personal vino de Madrid para sumarse a ese acto.

Bendijo la primera piedra del edificio el vicario, Dr. Albares, quien una vez rezadas las preces correspondientes, pronunció una plática alusiva a la trascendencia de la obra en su aspecto social y económico de servicio a los intereses generales, tanto en lo que se refiere a los puestos de trabajo en la construcción de la obra, como en la explotación de la empresa.

Una vez terminada la ceremonia religiosa, en el salón principal del Real Club Náutico fue servido un vino español, al final del cual hicieron uso de la palabra el alcalde y el presidente del Consejo de Administración de La Lage, S. A., Dr. Castro Fariña.

Este puso de relieve el firme propósito de la empresa de dotar a la ciudad de tan importante hotel, contando con el aval del Ayuntamiento y con la valiosa colaboración de Meliá.

El edificio fue inaugurado oficialmente en marzo de 1971, semanas después de su apertura al público.

Proyecto de Gómez Román

El mercado de A Laxe fue proyectado por Gómez Román en 1900. Se emplazó pegado al hotel Continental entre cuatro calles y se componía de dos plantas, resultantes de aprovechar el desnivel existente entre las calles Pescadería y Montero Ríos y los materiales empleados fueron piedra, hierro y cristal.

El edificio estuvo en servicio más de sesenta años, hasta que el propio Concello, a finales de la década de los sesenta, decidió demolerlo y vende en solar para edificación en altura, tras considerar el hotel como construcción singular y poder así sobrepasar la alturas y volumen permitidos.