Los contenedores subterráneos de recogida de basuras han provocado constantes quebraderos de cabeza al Concello desde 2006, cuando empezaron a extenderse por el centro de la ciudad. Todos estos años los instalados en las primeras fases sufrieron frecuentes averías, y muchos de los que se colocaron durante las sucesivas oleadas de humanizaciones tardaron en activarse. Después de un lento y largo proceso su uso parece a punto de normalizarse definitivamente, aunque su mecanismo motorizado y la carga que soportan en las maniobras de izado los hacen sensibles al deterioro y requieren de un mantenimiento continuo. La semana pasada funcionaban 189 de los 202 colectores existentes, según el último parte del departamento de Limpieza. Para los próximos días, según fuentes del gobierno local, está prevista la puesta en funcionamiento de los trece restantes, de modo que por vez primera estarán operativos todos los colectores de Vigo.

Quedan contenedores pendientes de reparación en Cruz Blanca (tres) y González Sierra (dos). Cuatro más permanecen clausurados por problemas eléctricos en el motor en Uruguay; y otros tantos están fuera de servicio sin estrenar en la urbanización de Barreiro. Los demás han sido reparados o activados sucesivamente a través de una empresa contratada por el Concello. Actualmente está en concurso el mantenimiento y conservación de los colectores con un precio de licitación de 130.000 euros. A la convocatoria se han presentado cinco empresas. El gobierno local estima que quedará resuelta este mismo mes y espera poner fin de una vez por al goteo de incidencias registradas durante todos estos años.

El entorno de la Plaza de Compostela es la zona de la ciudad donde se ha instalado mayor número de contenedores. En septiembre de 2006 entró en servicio un lote de diez isletas cuya instalación fue financiada por la Xunta por valor de 386.000 euros. Los dispositivos de elevación empezaron a dar problemas al poco tiempo y tres meses después la mitad de ellos estaban parados, mientras que otros cuatro sufrían constantes averías.

A mediados de 2007 todos habían quedado inservibles debido a lo que los técnicos consideraron un fallo estructural. El sistema no soportaba la carga durante la maniobra de elevado, y tampoco encajaba bien la plataforma sobre la acera en algunos casos cuando finalizaba la maniobra. El Concello constató que ni siquiera existía un certificado de calidad que avalase la fiabilidad. Hubo que retirar todos los contenedores dañados, apilados como chatarra en el parque municipal de Santa Cristina, y quedó patente que la iniciativa había sido un estrepitoso fracaso.

Un segundo paquete de isletas también dentro de un proyecto de la Consellería de Medio Ambiente dio mejores resultados, aunque los contenedores subterráneos, concebidos para eliminar el impacto visual que provocan los recipientes plásticos en las calles, seguían sin ser un servicio estable.

Los problemas con este tipo de colectores no han sido exclusivos de Vigo. Un operario quedó atrapado en febrero de 2008 en uno de los habitáculos subterráneos en Santiago de Compostela y sufrió un accidente mortal, lo que llevó al consistorio olívico a precintar de manera preventiva todas las isletas para revisar su seguridad. Entonces había 130 en las calles, si bien es cierto que muchos no funcionaban debido a las averías. Reabiertos después tras las comprobaciones pertinentes, en 2010 el gobierno local ordenó desactivar 40 por falta de seguridad. En ese momento contabilizaba una media de cuatro incidencias semanales. Contrató entonces a una empresa para hacerse cargo del mantenimiento y de forma paulatina se fue regularizando la situación.

Polígono de Barreiro

Las humanizaciones incrementaron el número de isletas subterráneas y contribuyeron a eliminar más de 80 contenedores en superficie. Sin embargo su puesta en marcha fue lenta. En febrero de 2011 catorce calles remodeladas disponían del sistema, pero el 57% de los nuevos contenedores no estaban operativos. Los retrasos fueron mayores en la urbanización de Barreiro, donde de los seis equipos instalados aún quedan dos -con dos bocas para envases, otra de almacenamiento de cartón y una para depositar vidrio- pendientes de puesta en servicio inicial. Fuentes del gobierno local señalan que en los próximos días se pondrán en uso.