El Consorcio de Turismo de A Coruña destinará el próximo año 2,5 millones de euros a la promoción del aeropuerto y de la ciudad. De esta partida, al menos 1,2 millones los absorberán los convenios que suscriba el gobierno local con las diferentes compañías aéreas que deciden operar en la terminal de Alvedro.

Con la inclusión de esta importante cantidad en los Presupuestos de A Coruña para 2013, el alcalde Carlos Negreira (del PP) sigue adelante con una política de captación de vuelos contraria a la que predican sus compañeros de partido en Vigo. Precisamente por el acuerdo firmado entre el Gobierno de Vigo y Vueling para el vuelo a Londres, el regidor Abel Caballero recibió encendidas críticas de los populares vigueses.

Como Caballero, Negreira justifica las negociaciones con las aerolíneas "en defensa del aeropuerto". Y en el caso del mandatario herculino, lo hace sin reparar en gastos. Frente a los 537.000 euros que pagó Vigo a Vueling, A Coruña presupuesta para su Consorcio de Turismo 3,79 millones de euros, de los que 3,5 proceden de las arcas municipales y el resto de ejercicios anteriores. Según explicó ayer la concejal de Turismo, Luisa Cid, 2,5 millones "serán destinados a acciones para la atracción de visitantes a la ciudad, con parte reservado para convenios para las aerolíneas que operen en Alvedro".

El pasado año, el Concello coruñés destinó a subvenciones a compañías aéreas 1,25 millones de euros. A los 620.000 que se consignaron a principios de 2012 para compañías aéreas, se sumaron otros 630.000 euros a través de un modificativo de crédito aprobado en julio. Esta cantidad se repartió entre Vueling y la portuguesa TAP.

De las arcas municipales coruñesas, Vueling se llevó un millón de euros. Mantuvo los enlaces con Londres y Barcelona, además de operar en verano con Sevilla y Ámsterdam. Con TAP se firmó recientemente un convenio por 263.800 euros, en el que la aerolínea lusa se comprometió a aumentar de seis a ocho las conexiones con Lisboa a la semana. Y ahora negocia otro acuerdo con Air Europa, cuya contraprestación económica el Concello niega con rotundidad.