La titular de Fomento, Ana Pastor, utilizó ayer la conexión por carretera entre Vigo y Pontevedra para ejemplificar las malas comunicaciones que existen entre algunas ciudades de España, donde no hay alternativa real al empleo de la autopista. La ministra, que compareció en comisión parlamentaria, recurrió a la hegemonía de la AP-9, uno de los tramos más rentables de España que no citó expresamente, para hacer comprender a la oposición que entendía el problema. "Yo vivo en Pontevedra y para ir a Vigo solo tengo dos opciones: a nado o pagando", aseguró muy gráficamente, para añadir que estaba trabajando para solucionar los problemas de "Galicia, Cataluña y en toda España. Yo soy ministra de todos".

Pastor acudió al Congreso para informar de su reciente reunión con las empresas concesionarias de autopistas para exponerles las medidas que va a impulsar para solucionar la mala situación que sufren algunas de las vías –como las radiales R2, R3, R4, R5 o el Eje Aeropuerto (M-12)– y que éstos se habían mostrado de acuerdo. En este sentido, recordó que la situación de estas concesiones de autopistas es "compleja", con varias de ellas al borde de la quiebra por los descensos de los tráficos (menos del 40 % de los previstos) y por los altos costes de expropiación (más de un 175 %).

Entre las medidas, contempla alargar la concesión, las fusiones entre firmas y modificaciones legislativas y, si la compañía sigue en situación crítica, que la gestión la asuma el Estado.

Sin embargo, el diputado del grupo parlamentario catalán Pere Macías advirtió a la ministra su rechazo a que el Gobierno pretenda a alargar el periodo de concesión de las autopistas de peaje más "maduras" –es decir, las más rentables y las que llevan más tiempo operativas– para compensar así las pérdidas de otras. "Es injusto y desigual que regiones como Cataluña, Comunidad Valencia, Murcia o Galicia, que ya llevan 30 años pagando los peajes, asuman ahora el peso de unas autopistas inviables".

La concesión de la AP-9 concluye en 2048, tras la prórroga promovida por el entonces ministro Álvarez Cascos.

La nueva autovía como máxima prioridad

La situación de la AP-9 en el tramo comprendido entre Vigo y Pontevedra y la mejora de la comunicación entre ambas ciudades se halla en una encrucijada. El anterior ministro de Fomento, José Blanco, decidió que la ampliación del puente de Rande, el mayor punto negro de la autopista, corriese a cargo de la concesionaria con la que habría que llegar a un acuerdo que debería pasar fundamentalmente por el aumento del peaje en toda la vía. La ampliación de la concesión, ya en el límite legal, obligaría a una reforma legislativa, al menos entonces, casi imposible.

Aunque Pastor ha dicho que cumplirá los compromisos heredados, defiende la construcción de una nueva autovía entre Vigo y Pontevedra, gratuita, que dé respuesta real al problema de movilidad entre ambas poblaciones. La ministra ya anticipó que los proyectos conocidos –la A-57 de Pontevedra a O Confurco, y la A-59, de Vilaboa a Peinador– quedaban en el cajón y su apuesta por otra autovía, para la que, sin embargo, no existe todavía ni un trazado definido ni un calendario concreto, pero garantizó que será "más eficiente, con menor coste y el menor impacto posible"