"Puede estar tranquilo. Vivirá 200 años más". Si el olivo del Paseo de Alfonso XII, símbolo de la ciudad, fuese un paciente que ha superado con éxito un chequeo a fondo, el médico podría despedirlo con la consabida frase y una palmada en la espalda. Sin embargo, en el caso del valioso árbol la longevidad pronosticada no es una exageración. La determinaron las pruebas practicadas por expertos y un pormenorizado examen a su tronco y copa. Dos tomografías sónicas, una impedancia eléctrica y la detallada inspección externa determinaron que el estado del árbol es "correcto", con el deterioro normal para un ejemplar de su edad. También revela que fue plantado en el paseo hace 157 años; y que podrá lucir allí otros dos siglos. Y aunque los símbolos no están en venta, el valor económico que se le atribuye con la mera medición de sus condiciones es otro signo de su salud. Precio: 132.000 euros.

"Colocamos diez sensores en cortes a 1,30 metros y 70 centímetros de altura, y encima diez clavos equidistantes. Con tres golpes de martillo a cada uno el sistema permite, a través del tiempo que tarda en llegar el sonido al sensor, conocer el estado de la madera", explica Jorge Prieto, el ingeniero agrónomo de la empresa concesionaria Cespa que realizó las tomografías. La imagen resultante permitió comprobar que la parte central del tronco presenta podredumbre, si bien los técnicos la consideran normal para un ejemplar de esta edad. Por contra, la epidermis está viva y joven. "Vasculariza", señala Juan Ramón Alonso, gerente de la compañía para Galicia. O lo que es lo mismo, la savia circula, y la madera conserva su elasticidad, con lo que la salud es buena.

A ello se une que el propio olivo crea sus propias defensas para mantener la firmeza. "Ha generado contrafuertes muy prominentes. Garantizan la estabilidad, como ocurre con las catedrales", apunta en este caso Prieto, quien se muestra seguro, tras el chequeo general, de que el árbol sobrelleva el paso del tiempo sin mayores complicaciones que las lógicas de la edad. "Existe un 99,9% de posibilidades de que no se caiga", sentencia.

Madurez plena

El olivo vigués procede de un esqueje del árbol que los Templarios plantaron en los siglos XII o XIII frente a la antigua colegiata. Su tronco es único hasta los tres metros de altura, donde se bifurca en tres. Para proporcionar datos sobre la edad se practicó una prueba con un aparato de impedancia, que pasa una pequeña corriente eléctrica a través del cuerpo. Los resultados, junto al grosor del tronco y la tendencia de crecimiento de la especie, la situaron en 157 años. La estimación coincide con la documentación histórica existente sobre el olivo.

Si se tratase, de nuevo, de un paciente, el emblema vigués estaría a punto de entrar en la tercera edad, pero con una larga esperanza de vida. El diagnóstico señala que se encuentra al término de la Fase 7, de madurez plena, e iniciando la 8, de senilidad. Padece los achaques lógicos, aunque su vigor es aceptable. "En los olivos es normal la podredumbre interior cuando pasan de los cien años, y acaba por abrirse un hueco", comenta Prieto. Las ramas están secas en la parte posterior, pero el árbol que dio a Vigo el nombre de "Ciudad Olívica" se puebla en su tramo medio, a los ocho metros de altura. "Se arma en la copa", amplía el ingeniero agrónomo. El gerente de Cespa, por su parte, añade que "el porte es adecuado".

Aunque no está enfermo, en el informe elaborado tras las pruebas se recomienda un tratamiento con fosfato potásico. El estado del árbol, además, debe vigilarse, por lo que la empresa recomienda practicar tomografías cada tres meses y vigilar la evolución de las ramas.

El olivo, además, está plantado en buen terreno. No solo fueron examinados el tronco y la copa, sino también el subsuelo en el que se enclavan sus raíces. El PH es adecuado, de 6,8 (neutro), la textura franco-limosa, y la cantidad de materia orgánica, moderada. No obstante, las vibraciones provocadas por el tráfico cercano le causan molestias, ya que compactan la tierra, según indica el informe.

El Olivo presidirá el Paseo de Alfonso durante otros doscientos años si se cumple el diagnóstico, pero podría llegar a sobrevivir hasta un milenio, ya en una fase de consumición y envejecimiento progresivo. O sea, un retiro apacible hasta el 3010.