De llegar a concretarse, la compra del cuadro de Maruja Mallo que el Museo de Castrelos gestiona desde hace dos años, sería la mayor operación realizada en toda su historia. Su precio ronda los 180.000 euros y en él se incluye la limpieza y el marco. Desde el propio Patronato, alguno de sus miembros reconoce que si la operación no se cierra pronto “pueden aparecer otros compradores interesados, porque de Maruja Mallo hay muy poca obra en venta”.

En fuentes próximas al Museo se admite que la operación era de un coste muy elevado, pero asumible. “Está considerada la artista plástica más relevante de la historia del arte gallego y español del siglo XX, y aquí no tenemos obra suya”, justifican.

Como referencia, baste señalar que la última compra efectuada por el Museo fue un cuadro Luis de Seoane, quien, junto con Nóvoa, Souto o Villamil, es uno de los pocos autores gallegos que se cotizan internacionalmente. En este caso, se pagaron 10.000 euros.

Desde el Patronato se reconoce que “hubo que luchar mucho y muy duro” para tener la posibilidad de adquirir el cuadro de Mallo, por el que se optó frente a otras ofertas de obra “de la misma autora pero de menor interés”. Por eso, lamentan el retraso en cerrar la operación.

El museo pidió también al vendedor documentación que demostrase que era de su propiedad, ya que fue adquirido por un familiar suyo directamente a la autora.

La posibilidad de comprar esta obra, que representa una escena circense y se corresponde con el llamado período parisino de la autora, se remonta a 2008, cuando Elena Maure era concejala de Patrimonio Histórico.

El expediente, siempre con informes pendientes, lleva todo ese tiempo dando vueltas, entre la Concejalía de Cultura y la Consellería de Cultura quien, a través de la Comisión de Valoraciones, verifica la autenticidad de la obra, valora el interés para el Museo y para Galicia e informa sobre la conveniencia del precio a pagar.

Proceso muy lento

Elena Maure ralentizó el expediente y lo tuvo prácticamente paralizado durante más de un año porque había informes contradictorios y faltaban otros técnicos. La situación no ha experimentado avances significativos con el actual responsable del departamento, Eudosio Álvarez.

Durante el procedimiento, el Gobierno gallego devolvió el expediente al Concello, pues faltaban informes periciales que avalaran el interés del cuadro. Hubo también problemas de autentificación, porque abunda la falsificación de la obra de Maruja Mallo. Así, en la documentación hay ya cinco informes al respecto, de los que cuatro avalan su autoría y uno la niega. Ahora ya sólo se espera la decisión final.