Cambio de rumbo. Elena Maure renunció ayer como edil de Patrimonio Histórico con la intención de participar en los procesos de selección de personal técnico abiertos este año en la Xunta de Galicia y en los Concellos de Vigo, A Coruña y Pontevedra. La concejala no electa del BNG se marcha “por razones profesionales” pero con el objetivo de seguir trabajando en la Administración. Acompañada del portavoz del grupo municipal nacionalista y teniente de alcalde, Santiago Domínguez, la arquitecta y urbanista viguesa, de 35 años, destacó que su cargo político no es incompatible con sus nuevas aspiraciones profesionales, pero que deja la corporación viguesa “por ética, transparencia y por mi forma de entender la política”.

Después de meditarlo “mucho”, ayer hizo pública “una decisión muy difícil y dura porque han sido dos años en los que trabajé muy cómoda”, aseveró. Maure valoró “muy positivamente” su paso por el Gobierno vigués y aprovechó su despedida para agradecer la colaboración y esfuerzo “del personal de la Concejalía de Patrimonio Histórico, del Museo Quiñones de León, de toda la corporación y en especial de los miembros del grupo municipal del BNG, que más que compañeros fueron amigos”.

Los ediles nacionalistas respaldaron ayer a Maure en su despedida. Todos emocionados pero más si cabe Santiago Domínguez, quien resumió la gestión de su compañera asegurando que “no se pudo hacer más en menos tiempo y con menos medios”.

El BNG “lamenta la marcha” de Maure como “uno de los baluartes fundamentales del trabajo desempeñado en el Casco Vello”, pero “la respeta y le desa el mejor de los éxitos en su nueva etapa profesional”. De los casi dos años que formó parte de la corporación como una de las ediles más jóvenes, Domínguez agradece “su sonrisa permanente y su esfuerzo por ayudar”.

Deja proyectos pendientes del relevo en la Xunta, como la construcción de un funicular para unir el Berbés con Praza do Rei, pero entre las actuaciones completadas o en marcha, el teniente de alcalde de Vigo alabó “la consecución de la apertura de la villa romana de Toralla, la nueva señalización del Casco Vello, la adjudicación de la recuperación del yacimiento de O Castro o la recuperación de otras zonas importantes de Vigo, así como una racionalización de los usos del Museo Quiñones de León”.

Casi dos años de gestión

Elena Maure fue nombrada concejala no electa después de las últimas elecciones municipales y además de asumir el área de Patrimonio Histórico, era miembro del Consello de la Gerencia de Urbanismo y del Consejo de Administración del Consorcio Casco Vello. Previamente, había colaborado con los estudios de los arquitectos Salvador Fraga y César Portela y formado parte del equipo redactor del Plan Xeral de Vigo, Pontevedra, A Guarda, O Rosal, Oia y dos localidades ourensanas.

Hace una semana que Elena Maure comunicó su renuncia a sus compañeros del BNG, al secretario municipal y al propio alcalde de Vigo, Abel Caballero, que ayer le agradeció su “magnífica colaboración” y le deseó “la mejor de las suertes” en su futuro profesional y personal. Ella correspondió con el mismo entusiasmo, asegurando que el personal de la Gerencia de Urbanismo le había “facilitado el trabajo en todo momento”.