Tras la abrupta ruptura de la unidad sindical en el frente de la Justicia a raíz de la votación sobre la propuesta económica de la Xunta, las negociaciones inician ahora una fase de total incertidumbre. El primer capítulo de esta nueva etapa se escribe hoy, aunque el resultado ya se sabe de antemano. Los tres sindicatos contrarios al acuerdo (CUT, STAJ y CIG) se han citado con la Xunta y con las demás centrales (USO, UGT, CSIF y CCOO) para retomar el diálogo e incluso están dispuestos a suspender la huelga, pero la Administración autonómica ya ha anunciado que no acudirá porque su última oferta, la que se sometió a consulta, es la definitiva.

Ante este escenario, ¿qué hoja de ruta se podría seguir ahora? La presidenta del Consello Galego de Relacións Laborais (CGRL), Verónica Martínez, se atreve a señalar tres sendas que extrae de su experiencia mediadora con la empresa privada cuando los conflictos se enquistan, como es el caso de la Justicia, que hoy cumple 85 días de paro indefinido.

La primera vía es "no hacer nada". Dejar pasar unos días y no actuar en caliente, sobre todo después del enfrentamiento del pasado viernes entre los sindicatos, contribuye a amainar la situación. "A veces conviene tener paciencia", argumenta la presidencia del Consello Galego de Relacións Laborais en una entrevista a la cadena Ser.

La tensión entre los sindicatos están todavía muy viva. Tanto que ayer en Vigo varias decenas de trabajadores de Justicia que participaron en la manifestación convocada por las centrales minoritarias (entre ellas la CUT) increparon al grito de "vendidos" y "traidores" a los representantes de UGT y CCOO cuando se cruzaron con motivo de las movilizaciones del 1 de mayo.

La segunda ruta señalada por Verónica Martínez consiste en que, en este caso, la Xunta aplique de forma unilateral los términos del preacuerdo -pactado con USO, UGT, CSIF y CCOO- con las pertinentes subidas salariales, con independencia de que los trabajadores votaran en su contra por mayoría el pasado viernes. "Así disminuye el conflicto. Eso es así", declaró.

La tercera vía apuesta por retomar las negociaciones, pero bien cambiando algún punto de la tabla reivindicativa o cambiando de posición alguna de las partes que participan en el diálogo.

En todo caso, la presidenta del Consello Galego de Relacións Laborais considera que el conflicto ya no es propiamente laboral, del que se puede decir "que está a punto de rematar dado que las diferencias no son tan grandes". Lo que sí hay, a su juicio, es un gran deterioro de las relaciones entre las partes sindicales y de los propios trabajadores entre sí, cuya recomposición va a resultar muy complicada.

"Recomponer las relaciones personales entre personas que trabajan juntas es mucho más complejo, porque, además, entran cuestiones subjetivas, emotivas, mucho más que las otras y es lo que más tiempo va a llevar", comentó.

La jornada del viernes marcó un punto de inflexión en el frente sindical. CUT, STAJ y CIG, contrarios al acuerdo, presionaron durante la votación para conseguir que triunfara el "no", como finalmente sucedió. Y después, llamaron a la Xunta retomar las negociaciones, ofreciendo como contrapartida la suspensión de la huelga. La cita es hoy, pero la Xunta no irá.

Los demás sindicatos acusaron a los tres anteriores de coaccionar e intimidar a los trabajadores para que rechazaran la propuesta económica. Incluso plantearon la opción de denunciar los hechos ante la Fiscalía por entender que se boicotearon los derechos democráticos de los empleados. Pero al final, tras una reflexión alejada del "calentón" inicial, aceptaron los resultados de la consulta y declinaron acudir al fiscal. Eso sí, ahora cada uno defenderá sus intereses en el comité de huelga donde la unidad de acción quedó dinamitada el pasado viernes con la votación.