Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Dos gallegos agitan la izquierda en Madrid

La santiaguesa Bescansa y el lucense Franco comprometen a Podemos y PSOE

J. M. Franco. // X. Álvarez

Las investigaciones judiciales sobre el PP madrileño y el caso Cristina Cifuentes, la presidenta de la comunidad y del partido que obtuvo un máster universitario plagado de tantas irregularidades que está en manos de la justicia, habían abierto una esperanza a la izquierda para asestar un golpe a los populares en un feudo simbólico, a la espera de que Ciudadanos moviese ficha y permitiese tumbar a aquella. Dejarse llevar sin cometer grandes errores debía de ser la consigna para no desaprovechar la oportunidad. Dos gallegos, sin embargo, han agitado tanto el barco de la izquierda que el naufragio incluso con la corriente a favor es posible.

La santiaguesa Carolina Bescansa, de Podemos, y el lucense José Manuel Franco, líder del PSOE de Madrid, son los protagonistas del último patinazo de la alternativa al PP a un año de las elecciones municipales y autonómicas, comprometiendo la credibilidad de los proyectos de sus formaciones ante el electorado y dando oxígeno no solo a los populares, sino a Ciudadanos. Y es que Galicia siempre influye de una manera u otra en la política estatal, pues aquí inició su trayectoria el actual presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy; se asentaron como lemas políticos el ahorro y la austeridad que Feijóo usó como bandera para llegar a la Xunta y mantenerse después y que luego emuló su jefe de filas desde Moncloa; y la izquierda exploró nuevas fórmulas para sacudir el tablero político primero con AGE, en cuyo nacimiento participó un entonces desconocido Pablo Iglesias, que se inspiró en esa experiencia para fundar Podemos, y luego con las mareas municipales, a la vanguardia de las listas de confluencia que debutaron en 2015 y situando las tres ciudades gallegas a la par que Madrid, Barcelona o Cádiz como banderas de la autodenominada "nueva política".

Bescansa fue una de las cofundadoras de Podemos y el miércoles ella o su equipo desvelaron un plan para derrocar a Pablo Iglesias de la Secretaría General del partido que le proponían a la otrora mano derecha de este, Íñigo Errejón, punta de lanza morada para el gobierno autonómico y que le había ofrecido a la primera ir de número dos en su lista tras discutir en público con los fieles de Iglesias.

La negativa de Errejón a diferenciar las primarias para el candidato y las listas y arriesgarse a dirigir un proyecto sin los suyos motivó la advertencia de Iglesias la semana pasada. "Ni media tontería", le dijo. Días después, el Telegram, el sistema de mensajería que parece adherido al ADN de Podemos de tanto usarlo, fue el escenario en que Podemos envejeció de golpe, con antiguos compañeros de asalto irmandiño a los palacios caciquiles negociando alianzas internas contra el líder, el mismo que los desplazó de la cúpula. En el canal particular de Telegram de Bescansa se colgó un borrador de pacto con Errejón del que la primera responsabilizó a su "equipo" y del que nada conocía el segundo, dijo.

Todos los partidos practican el juego de tronos, de uno u otro estilo y con mayor o menor transparencia, pero tras mostrarse como diferente la revelación del intento de pinza entre quienes hace cinco años eran desconocidos y amigos de cervezas y confesiones -como Errejón e Iglesias- constituye una decepción anímica para muchos de sus simpatizantes.

La conexión gallega con dos revelaciones clave en la alternativa al PP en Madrid y, debido a la condición de símbolo autonómico, también a nivel estatal no se termina ahí.

Sin licenciatura

El socialista José Manuel Franco nació en Pobra de Brollón (Lugo) y es diputado en la asamblea de Madrid desde 1995. Dos patinazos casi consecutivos han puesto el foco sobre él. Primero reconoció que no era licenciado en Matemáticas, titulación que figuraba en su currículo. Esta semana justificó su oferta informal a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, de ser candidata de su partido en las municipales del año próximo, matizando que se trató de una charla sin importancia.

Como en el caso de Bescansa, la clave radica en lo que trasluce el movimiento y sus consecuencias, pues el propio líder del PSOE, Pedro Sánchez, aseguró desconocer esos contactos y recordó que el visto bueno de Ferraz es imprescindible para los candidatos, aunque estos se sometan a primarias. Franco evidenció la falta de rostros fuertes en el partido e insinuó debilidad al recurrir a la alcaldesa de Ganemos Madrid, la competencia socialista por liderar la izquierda y en la que Carmen no se encuentra del todo a gusto.

A este capítulo de vinculación gallega con la escena madrileña solo le faltaría un último giro para apuntalar el puente político entre este córner atlántico y el kilómetro cero estatal, aunque su calado no tendría comparación con los patinazos de Bescansa y Franco. Sería el salto desde Galicia de Alberto Núñez Feijóo.

Compartir el artículo

stats