Se busca chip reutilizable y resistente, que aguante como mínimo dos centenares de lavados y que soporte el planchado y el uso cotidiano. Así podría resumirse el anuncio que utilizó la Consellería de Política Social para contratar un total de 215.600 de estos dispositivos electrónicos de identificación por radiofrecuencia que servirán para reconocer las prendas personales de un total de 2.156 usuarios de 14 centros de personas mayores y con discapacidad cuya titularidad y gestión corresponde a la administración autonómica.

Casi 600.000 euros le ha costado al departamento dirigido por José Manuel Rey Varela poner al día la faceta textil de estas residencias, a un nivel parecido al de grandes marcas del sector, pero en el pliego del contrato justifica la medida. Porque hasta ahora, explica, el Ejecutivo gallego recurría al método "tradicional" de coser un código a cada prenda, lo que formulaba, alegan desde la administración autonómica, "un reto importante en la eficiencia del proceso". Los chips, en cambio, permitirán "modernizar" el sistema de clasificación y reparto de la ropa usado en las lavanderías de modo que sea posible realizar "de una forma sencilla el inventario, identificación, control, clasificación y distribución de las prendas de cada uno de los usuarios de los centros".

La implantación de la nueva tecnología no solo conllevará una identificación "correcta" de las prendas al incluir información del usuario, sino que facilitará su trazabilidad e incluso el control del número de lavados que llevan.

Los chips, que irán adheridos a las prendas a través de las etiquetas, integrarán la información de cada usuario. Política Social aclara que al menos deberán indicar nombre y habitación. La lectura automática del dispositivo al pasar la prenda por el sistema porovocará que esos datos se vean y así, "con total sencillez", resalta la Xunta, el operario procede a clasificarla en el estante adecuado de un carrito de distribución que también debe ir incluido en el paquete, junto a una impresora térmica de las etiquetas donde se sujeta el chip a la ropa, una termofijadora para pegar las etiquetas a las prendas o un lector/rabador de chips para añadir o modificar los datos "facilitando la reutilización de los chips entre diferentes prendas y usuarios".

También se requieren equipos informáticos de última generación y una herramienta de software para grabar los chips, recibir sus datos, registrar el paso de la prenda (número de lavados) y su estado (por ejemplo si tiene roturas) y mostrar su localización exacta en el carro de clasificación y reparto. De paso, el un sistema como este permite hacer inventarios "en tiempo real" del guardarropa de cada residente, por sexos, por tallas, por planta...

Del contrato se beneficiarán 2.156 mayores y personas con discapacidad de 14 centros de Política Social. Entre ellos están los dos complejos residenciales de atención a personas dependientes de Vigo, que suman 454 usuarios; la residencia de mayores de Campolongo (Pontevedra), con 136, o la de Nosa Señora dos Milagres, en Ourense, con 130.