Universidades, centros tecnológicos y asociaciones empresariales de Galicia y el norte de Portugal se han unido para crear un clúster de biotecnología que contribuirá a fortalecer la unión entre ambas regiones y hacerlas "más visibles" en el contexto internacional.

Participan como socios el consorcio Zona Franca de Vigo, la asociación portuguesa de empresas de bioindustria (P-Bio), la oficina de innovación BIC Minho, el clúster tecnológico empresarial de las Ciencias de la Vida de Galicia (Bioga), la Universidade do Minho y la Universidad de Santiago. Al amparo de un programa europeo, como explicó ayer en la presentación en Compostela el director general de BIC Minho, Nuno Gomes, el proyecto estará operativo a partir de 2018 y tendrá una vigencia de tres años. El clúster aspira a reunir a un centenar de empresas como socias, a asesorar a 220 compañías de biotecnología y emprendedores con perfil tecnológico, a formar a otros 100 en fórmulas de financiación y líneas de negocio y acompañar a 80 firmas a ambos lados de la frontera en sus procesos de internacionalización. La vicerrectora de Investigación e Innovación de la USC, Isabel Rodríguez-Moldes, afirmó que el reto es convertirlo en un "gran polo de excelencia". Se constituirá un hub biotecnológico con sede en Nigrán, como apuntó Natalia Alvariño, de Zona Franca de Vigo, mientras Bioga, según Loli Pereiro, aportará su experiencia con "agentes biotech" del norte de Portugal.