Deudas y dificultades económicas, incluso la ruina o robos a la propia familia, y problemas en el hogar son algunas de las razones que hacen que quienes abusan de las drogas se planteen la necesidad de desengancharse. A veces los convencen sus parientes, otras sus amigos y, en muchos casos, son ellos mismos quienes se deciden a dar el paso, aunque en bastantes ocasiones llegan a alguna de las 16 unidades asistenciales de drogodependencias con las que cuenta Galicia por consejo del médico o como consecuencia de problemas legales. El año pasado estos u otros argumentos convencieron a 4.043 gallegos de la necesidad de iniciar (o de reiniciar tras una recaída) un tratamiento por consumo de sustancias psicoactivas, a un ritmo de 11 al día de media, sobre todo por heroína y cocaína. Esta cifra de nuevas admisiones es la tercera más alta desde el inicio de la crisis y supone un repunte de un 3,8% con respecto a las 3.896 contabilizadas por la Consellería de Sanidade a lo largo del ejercicio previo.

Con todo, los pacientes atendidos en total en Galicia en 2016 por un uso problemático de las drogas descendieron, de 12.816 a 12.711. De hecho, 2016 registró la cifra más baja desde 2009, un 7% menos. Pero no todas las sustancias evolucionaron igual.

Mientras el total de sometidos a tratamientos para superar el consumo de heroína -6.768, que aun así suponen más de la mitad de quienes están a terapia- bajó un 17% en ese período, los que acuden a programas libres de drogas (no toman ninguna sustancia sustitutiva, como ocurre con la metadona en el caso de los heroinómanos), que representan el segundo contingente más numeroso, el 26% (3.352), del total de atendidos, se elevaron un 25%. Ahí se incluyen todo tipo de drogas, aunque buena parte, como explica Jesús Cancelo, de Alborada, de Vigo, busca deshabituarse del cannabis. Los que están siendo tratados por realizar un uso problemático de la cocaína (1.314) rondan el 10% del total como en 2009 pero suponen un 7% menos. No obstante, según el Sergas, esta es la segunda sustancia principal más consumida (32% del total) entre los nuevos admitidos a tratamiento por drogas ilegales, a la par que la heroína (34%).

Crecimiento en los programas para alcohólicos

La cifra que más aumenta es la de quienes se acogen al programa específico para abuso del alcohol. Las nuevas admisiones pasaron de 265 en 2009 a 468 en 2016, un 76% más, y el número total de los que están sometidos a terapia para dejar de beber se elevó desde 475 hasta 879, un 85% más. Cancelo no lo atribuye a más adicción a esta sustancia legal, sino a más derivación a las unidades de drogodependencias desde los recursos sanitarios.

El Sergas revela que el perfil general de las admisiones a tratamiento por drogas ilegales (excluido el alcohol, por lo tanto) es el de un varón, de 35 años con 16 de media de uso de la sustancia, que en el 80% de los casos como mucho completó los estudios primarios. Un 31% tiene ingresos por actividades laborales y un 3,9%, por marginales. Además, un 39% tiene algún trastorno psiquiátrico y un 54%, problemas legales.