Pontevedra fue la última en sufrir en sus tierras el embate de la ola de fuegos que cambió el verde de campos y montes de Galicia por el manto oscuro de la ceniza, pero también fue la que sufrió las peores consecuencias del descontrol de las llamas. El fuego se cebó especialmente con la provincia, que a la hora de hacer balance acapara alrededor de la mitad de las hectáreas calcinadas, cuyas estimaciones provisionales para toda la comunidad son de alrededor de 35.500 hectáreas arrasadas.

Aunque ayer a última hora la Consellería do Medio Rural todavía no disponía de una cuantificación de la superficie calcinada específica para la provincia de Pontevedra, sí contaba ya con los datos relativos a las dos provincias del interior, Lugo y Ourense, y también era conocedora de que en A Coruña las hectáreas quemadas fueron pocas (en Neda, San Sadurniño, Negreira) en comparación con el resto del territorio gallego. En el caso de Ourense y Lugo sumarían, según las cifras aportadas ayer por el departamento que dirige Ángeles Vázquez, un total de 17.400 hectáreas, cuyo peso recaería sobre todo en la primera de ellas y supondrían entre ambas la mitad de lo quemado.

Más de cien incendios en Ourense

Ourense sufrió un total de 104 incendios que se llevaron por delante hasta 14.400 hectáreas, mientras que en Lugo, la más castigada si lo que se tiene en cuenta es el tiempo que tarda en librarse de las llamas, la superficie arrasada ronda las tres mil. Eso dejaría 18.100 hectáreas para Pontevedra y A Coruña, aunque la peor parte le tocaría a la primera, por lo que se puede estimar que acapara en torno a la mitad de las zonas afectadas. Dicha cifra es un 43% superior a todo lo que se quemó durante el resto del año en la totalidad de la comunidad. Solo en As Neves las cifras que se barajan rondan las 5.000 hectáreas.

La Consellería de Medio Rural señaló que trabaja "intensamente" para cuantificar la cifra de los daños personales y ambientales ocasionados por la actividad incendiaria que asoló Galicia desde el pasado domingo. Con las primeras estimaciones, alegó, lo que se busca es determinar qué actuaciones es preciso adoptar para inicar las tareas de recuperación y regeneración.

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