Al menos 38 personas han muerto por una ola de incendios forestales que afecta desde el fin de semana al centro y norte de Portugal, donde hoy tratan de controlar las llamas más de 4.500 bomberos. Los fuegos han causado, además, 55 heridos, 15 de ellos en estado grave. Los servicios de emergencia buscan también a tres personas desaparecidas, entre ellas un bebé de un mes, según informaron varios medios lusos.

Esta nueva oleada de incendios llega tan solo cuatro meses después de la tragedia que afectó al término municipal de Pedrógão Grande, en el centro del país, donde el fuego causó la muerte de 64 personas y más de 250 resultaron heridas.

El número de incendios desatados desde el domingo supera el medio millar, según Protección Civil, que considera activos más de un centenar.

Los incendios mantenían ayer cortadas varias carreteras en el centro y norte del país, incluida las autovía A25, que conecta con España a la altura de Salamanca. La humareda de los fuegos y la cercanía de vegetación a las vías llevó a las autoridades a tomar esta precaución, que hizo que en algunos momentos de la mañana del domingo el tránsito estuviese interrumpido hasta en sesenta vías. Una de ellas fue la A-25, que conecta el distrito portugués de Aveiro con Salamanca y cuyo tráfico estaba interrumpido ayer a la altura del kilómetro 185.

Se trata de una zona perteneciente al distrito de Guarda, uno de los más afectados por los 53 incendios que permanecen activos en Portugal, donde combaten las llamas 4.500 bomberos apoyados por más de 1.130 vehículos de extinción terrestre.

El fuego que concentra más medios es el que afecta al municipio de Lousã, en el distrito de Coimbra (centro del país), donde se encuentran 668 bomberos asistidos por 196 vehículos terrestres.

También son especialmente preocupantes las situaciones en los términos municipales de Alcobaça, en el distrito de Leiria, con 358 bomberos, y Sertã, en Castelo Branco, con 234 bomberos, de nuevo ambos en el centro de Portugal.

Ante la proliferación de fuegos, las autoridades lusas han solicitado ayuda a la Unión Europea (UE) y Marruecos para apoyar las labores de extinción, y prolongaron hasta las 20.00 hora local de ayer la alerta roja por riesgo de incendio que rige en todos los distritos.

La proliferación de fuegos se ha visto impulsada por las altas temperaturas de los últimos días y la escasez de lluvias, factores determinantes, según dijo el primer ministro, António Costa, quien se desplazó al centro de control de Protección Civil para seguir la situación.

Costa explicó que revertir las circunstancias que hacen especialmente vulnerable a Portugal frente al fuego "implica tiempo" e incluso advirtió de que situaciones como las de este domingo "seguramente se van a repetir" mientras se implantan cambios para mejorar la situación de la foresta.

La ministra de Administración Interna de Portugal, Constança Urbano de Sousa, en el punto de mira por los errores de gestión en los incendios de este verano, rechazó de nuevo dimitir. "Es momento para la acción. Dimitir sería lo más fácil", dijo.

Urbano de Sousa está cuestionada desde el incendio de Pedrógão Grande. Un informe independiente presentado la semana pasada en el Parlamento confirmaban graves errores de gestión en esa tragedia.