La capa de ozono se recupera lentamente en Galicia después de décadas de deterioro, pero para volver a los niveles previos a la aparición de este problema habrá que esperar hasta mediados de siglo. Es la conclusión de un estudio publicado por Meteogalicia y realizado por el investigador de la Universidade de Santiago (USC) Marcos González Martínez.

En el periodo entre 1978 y 1993 la concentración de ozono -un gas presente en la estratosfera que absorbe la dañina radiación ultravioleta- disminuyó en los cielos gallegos un 7%. A mediados de la década de los 90, como consecuencia de la concienciación global sobre el peligro del fenómeno y la aplicación de medidas para reducir la utilización de los productos químicos que lo provocan, la situación empezó a mejorar. Hasta 2005 se recuperó un 2%, pero desde entonces la mejora ha sido más leve. En 2020 se habrá recobrado un 50% de lo perdido.

El nivel de concentración del gas tiene un marcado carácter estacional, con sus valores máximos en primavera y los mínimos en otoño. De hecho, a lo largo de la serie histórica analizada, en varias ocasiones en noviembre y diciembre se produjeron registros por debajo del umbral que marca la existencia de un agujero en la capa.

Con todo, la radiación ultravioleta, que puede provocar desde irritaciones cutáneas hasta cáncer de piel, lesiones en la vista y problemas respiratorios, no solo está determinada por la cantidad de ozono en la estratosfera, sino que también depende de factores meteorológicos y de la elevación solar. Por eso, los niveles más altos y peligrosos se producen en verano, cuando los días son más despejados y el sol está más alto. Y por esta razón, Galicia y la costa cantábrica son las zonas de la península con los índices más bajos.

Radiación por estaciones

En el estudio se analizan los datos de cuatro estaciones: Ancares y A Mariña (ambas en Lugo), Lourizán (Pontevedra) y Ferrol (A Coruña). Ancares, debido a su altura sobre el nivel del mar, registra los niveles más intensos.

Desde 2002, un 19% de días hubo allí un índice de radiación muy alto, que de acuerdo con las recomendaciones exige medidas severas de protección, como evitar salir al exterior. En Ferrol ese porcentaje baja al 10%, mientras que en los otros dos puntos no alcanza el 5%. El siguiente nivel de la escala, que requiere tomar precauciones como permanecer en la sombra y usar cremas, se registró en alrededor de un 25% de jornadas en Ancares, Ferrol y Lourizán, y el 20% en A Mariña lucense.

El documento elaborado por el investigador de la USC también aborda los "mini agujeros de ozono", que son episodios de duración muy breve en los que la columna de ozono disminuye notablemente. Entre 1996 y este año se produjo este fenómeno en 44 ocasiones en Ferrol, 36 en A Mariña, 33 en Lourizán y 31 en Ancares, la mayoría de ellas después de 2008. El autor analiza varios de estos casos para demostrar que la disminución abrupta de ozono coincide con un incremento intenso de la radiación ultravioleta.