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Nueva etapa para las energías renovables en Galicia

La Xunta reforma su ley eólica siete años después para atraer parques de la macrosubasta nacional

La Xunta,"en contacto permanente" con el sector, ultima "modificaciones" que permitan a los ganadores de las macrosubastas de renovables del Gobierno desarrollar sus proyectos en la comunidad "en tiempo y forma"

Parque Eólico de Monte Faro, en Rodeiro. // Bernabé / Javier Lalín

Lo habitual en la Xunta es defender a ultranza el plus de competitividad que Galicia aporta al negocio eólico por la existencia aquí de más viento que en otras zonas del país y más constante para prolongar el funcionamiento de los molinos. Y sí, ese es, sin duda, el principal valor añadido para el sector, pero insuficiente para compensar los muchos riesgos en costes y plazos para un proyecto en Galicia tras el cambio en las reglas del juego para las renovables por la reforma energética que eliminó las primas a las fuentes renovables; y también ahora con las condiciones impuestas a los ganadores de las subastas de potencia verde impulsadas por el Gobierno central. Todas las regiones quieren llevarse la mayor cantidad posible de parques para animar la inversión empresarial en su territorio y por eso la Consellería de Economía, Emprego e Industria prepara un giro en su política con la eólica para no quedarse atrás.

La primera de las pujas convocadas por el Ministerio de Energía en enero del pasado año apenas tuvo transcendencia para Galicia. Solo había 700 megavatios (MW) en liza -500 eólicos y 200 de biomasa- y la mayoría se los llevó el hasta entonces desconocido grupo aragonés Forestalia. La división de renovables de Energías de Portugal (EDP) logró 93,2 MW y todo apunta a que parte de su cuota irá a alguno de los parques que tiene por construir en Galicia.

Pero la segunda puja, la macrosubasta de 3.000 MW celebrada la pasada semana, dejó en la comunidad parte del premio gordo. O, por lo menos, la opción de que sea así. Forestalia volvió a arrasar con 1.200 MW. Entre el resto de adjudicatarios hay cuatro que acumulan una nutrida bolsa de megavatios en la comunidad. Gas Natural Fenosa obtuvo 667 MW; Enel Green Power, filial de energías limpias de Endesa, 540; Gamesa, algo más de 206; y Norvento otros 128,6.

"De las seis empresas que consiguieron potencia en la subasta celebrada la pasada semana, cuatro tienen parques en desarrollo en Galicia", remarcan también desde el departamento que dirige Francisco Conde, que ve en la macrosubasta "una oportunidad para que los promotores pongan de manifiesto que la capacidad eólica gallega tiene una ventaja con respecto a España en términos de eficiencia energética". Hay otra en ciernes. La anunció el mismísimo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el pasado jueves. De nuevo con 3.000 MW y antes del verano. Lo que, dice Economía, contribuye a impulsar la apuesta que desde la administración autonómica se está haciendo por las energías renovables".

El objetivo del Ejecutivo autonómico es seguir haciéndolo. "Seguir impulsando esta fuente energética limpia y autóctona", asegura la Consellería de Economía a FARO. Pese a toda la polémica de los últimos años por el bloqueo del sector después de aprobar la ley eólica gallega de diciembre de 2009 y la celebración del concurso de 2.300 MW en noviembre de 2010, la Xunta remarca que esa apuesta es "decidida".

"Desde el contacto permanente con el sector -anuncia-, la administración autonómica va a introducir modificaciones en la normativa para que las empresas que ganaron megavatios en la puja tengan la oportunidad de desarrollar sus proyectos en Galicia en tiempo y forma".

Ni el equipo de Conde ni las empresas que operan el viento en la comunidad dan más detalles de cuáles van a ser los cambios, pero lo poco que detalla la consellería, esa referencia a que los proyectos cumplan "en tiempo y forma", apunta a que, al menos, la normativa variará para apurar la tramitación de los parques.

También la actualización, sin tener que volver al principio de los trámites, de aquellos que se diseñaron años atrás con aerogeneradores desfasados a estas alturas. Hay que tener en cuenta que las subastas estatales dejan de margen hasta diciembre de 2019 para poner los parques en marcha. De lo contrario, las compañías pierden los avales millonarios que blindan la adjudicación.

La nueva ley estatal para el sector eléctrico eliminó, además, la necesidad de que las instalaciones cuenten con una autorización previa de las autonomías para su construcción. O, lo que es lo mismo, la liberalización del sector. En Galicia se mantiene el requisito a través de un concurso. Como el de 2010, del que todavía no se levantó ningún aerogenerador. Todo apunta a que la Xunta adaptará su norma a lo que marca el Ministerio de Energía, lo que, de paso, permitiría que cualquiera de los ganadores de estas dos pujas y la próxima puedan ejecutar sus proyectos aquí, aunque no cuenten con potencia autorizada por parte de la administración autonómica.

Ya en 2014 la Xunta reformó la ley eólica para aligerar las cargas a los promotores con parques en trámites de autorización. El depósito del aval quedó retrasado hasta el momento del encendido, con la opción, además, de conseguir el reintegro para los que aún no hubieran iniciado los trabajos. Ese mismo año, el Gobierno gallego también abrió la puerta a los promotores que consiguieron potencia en el concurso autonómico de 2010 a renunciar a parte o todos los parques por motivos económicos. Únicamente Gas Natural Fenosa, principal adjudicataria, dejó en el cajón el 41% de su cuota.

El Gobierno gallego aprovechó ese momento para retirar los megavatios a las empresas incumplidoras de los planes industriales -sobre todo Estela Eólica, la responsable de la fallida incineradora de residuos del sur- que a estas alturas siguen siendo otro sobrecoste, junto al canon, que las compañías dicen que hay que tener en cuenta para poner en marcha un parque en Galicia.

65 parques autorizados y otros tantos pendientes todavía de tramitación

  • Galicia no fue la única comunidad que tiró de concursos autonómicos para dar alas al sector eólico. De hecho, según los cálculos de los propios promotores, la bolsa de megavatios que suman las regiones podría superar con creces los 10.000 MW. En el caso de Galicia, a lo que la Consellería de Economía repartió en noviembre de 2010, unos 2.300 MW, hay que añadir los alrededor de 400 que se remontan a planes de desarrollo del sector en la etapa de Manuel Fraga en la presidencia de la Xunta. ¿Cómo está ahora la situación? La renuncia de Gas Natural Fenosa, la compañía que ganó más potencia en el concurso de hace seis años y medio, a 141 MW y la retirada por incumplimientos a Estela Eólica de otros 186 -además de otras pequeñísimas cantidades a otras ganadoras- dejó la adjudicación por debajo de los 2.000 MW. De ellos, 582,5 MW, según la información aportada ayer por la Xunta a FARO, están autorizados. Son 24 parques. El total de instalaciones que cuentan ya con la tramitación al completo son 65 parques que alcanzan los 1.014 MW, por lo que quedarían todavía alrededor de otros 1.300 pendientes de conseguir los permisos. En estos momentos en Galicia hay en operación 160 parques eólicos con una potencia de casi 3.350 MW.

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