Los viajes cortos y por carreteras secundarias son los más nefastos. El cansancio tras la jornada laboral o la excesiva confianza al volante al circular por unas vías que el conductor conoce son los dos factores que provocan una elevada accidentalidad en las carreteras convencionales gallegas, donde ocurren casi el 90% de los siniestros mortales registrados en la red viaria gallega. Durante la campaña de control en las carreteras convencionales llevada a cabo la semana pasada, las patrullas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil interpusieron un total de 3.301 denuncias -una media de 470 cada día-. O lo que resulta más llamativo: cinco interceptados cada 15 minutos.

La tasa de infracciones en la comunidad, donde se realizaron casi 86.000 controles, alcanza el 4%. A Coruña es la provincia gallega que presenta el peor índice: a casi un 5% de los conductores vigilados se les abrió expediente sancionador. Le siguen en el ranking Lugo (4%), Pontevedra (3,5%) y finalmente Ourense (3%). Si se tiene en cuenta el número total de denuncias en cada provincia, a la cabeza de la tabla autonómica está Pontevedra con 1.355 infracciones detectadas (el 41% del total en Galicia). A Coruña concentra la cuarta parte, con un total de 841; seguida de Lugo, con 736 (22,2%), y Ourense, con 369 (11,2%). Casi el 70% de las infracciones detectadas la semana pasada en las carreteras convencionales gallegas fueron por exceso de velocidad.