Los convenios de la administración con agencias especializadas en mercado laboral y Empresas de Trabajo Temporal (ETTs) para animar la ocupación tras la salida de la crisis fue, sin duda, el mayor ejemplo de que las oficinas públicas de empleo se quedaban cortas en sus funciones. Son la excepción a la hora de encontrar un puesto de trabajo. De hecho, de los más de 820.000 asalariados que había en Galicia el pasado año, solo 15.200 lograron emplearse a través de estas oficinas. Es decir, el 1,8% del total, según los datos que publica hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La cifra crece ligeramente (4%) con respecto al ejercicio anterior, a 2015, cuando eran 14.600, pero el número de asalariados que se ocuparon gracias a la administración se desploma un 63% en comparación con 2007, cuando se alcanzaron los 41.300.

Asalariados por tipo de contrato

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El informe del INE, elaborado a partir de los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) del pasado año, recoge además que hay 191.000 gallegos con contratos temporales que no pueden encontrar un puesto indefinido. Un 6% más que en 2015 y la mayor cifra de los últimos siete años por el incremento constante de la ocupación temporal durante estos años de recuperación económica. Hay 99.200 gallegos también que se consideran subempleados -es decir, con un puesto que no es acorde a su disponibilidad y su formación- y que quieren trabajar más horas.

En el conjunto del Estado, hay 280.900 ocupados a tiempo parcial que tienen este tipo de puesto para reservar tiempo para cuidar a personas dependientes. Son un 4,3% más que el ejercicio anterior, según el INE. La gran mayoría son mujeres y prácticamente seis de cada diez se queja de que no hay servicios adecuados para la atención al colectivo.

El análisis evidencia las diferencias que existen por formación a la hora de encontrar un trabajo. La población de más de 16 años en España que estudió Tecnologías de la Información y las Comunicaciones cuenta con una tasa de actividad cercana al 90%. La otra cara de la moneda son los que tienen una formación general, entre los que el porcentaje cae hasta el 48,2%, y el 39,4% si son mujeres.