No es la primera vez que el Consello de Contas saca los colores al Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), al que alertó en varias ocasiones del riesgo a futuro por el montante acumulado en los apoyos a las empresas, especialmente a través de los avales, que se convirtieron en un auténtico quebradero de cabeza para el organismo con el estallido de la crisis. De hecho, la Xunta se vio obligada a utilizar el mayor margen que el Estado dio a las comunidades en el objetivo de déficit para asumir el incremento de los impagos. El fiscalizador vuelve a ser muy duro en su último informe, que revisa la actividad del Igape entre 2011 y 2013, aunque con datos de la morosidad hasta finales de 2015. De los más de 82 millones en avales fallidos entonces, solo se recuperaron 6,6 millones. La mora en los préstamos vencidos escala al 60% y al 39% en los todavía vivos. Su director matizaba ayer en la Comisión de Economía del Parlamento la incidencia de los impagos. "Si tenemos en cuenta los apoyos en los 20 años que lleva el Igape, el dato de los avales sería significativamente menor y el de los préstamos cercano al 0%", aseguró Juan Cividanes Roger, que defiende la "racionalización actual" de este tipo de instrumentos "para acompañar proyectos viables y mantener una política de riesgos razonable y cuidar los recursos públicos".

Un cambio que la Xunta remonta a 2009 para "diversificar riesgos". Más avales, pero con menor importe. Desde entonces fueron 3.400 en operaciones, incluyendo reavales -la cobertura por parte de la administración del aval que aprueba una Sociedad de Garantía Recíproca para una empresa-, mientras que en la legislatura del bipartito fueron 100.

Cividanes puso como ejemplo de la transformación la sociedad de capital riesgo Xesgalicia, de la que fue su máximo responsable hasta el salto al Igape, que se orientó hacia proyectos de emprendimiento e innovación. Entre 2015 y 2016 el número de proyectos de este tipo sumó 33, con una media de 52.500 euros.

La diputada Noa Presas le recordó las quejas de Contas en "varios puntos del informe" sobre la imposibilidad de hacer un seguimiento sobre los proyectos o cuantificar las obligaciones pendientes de cobro. "No sabemos qué es peor -apuntó-: si no existe la información o se les dio".

El director del Igape afirma que el instituto está con "una mejora continua" en sus procesos internos, "aplicando recomendaciones de Contas" e incluso adelantándose a lo que dicta la normativa europea.