Ni en el número 13 de la calle Manuel Quiroga de Pontevedra -donde el Centro de Negocios albergaba la oficina virtual de Vivosant Corporation S.A.-, ni en las organizaciones de empresarios y de abogados de la ciudad del Lérez se conoce a Rodrigo Tacla Durán. El 'contable' del grupo Odebrecht (acusado de pagar sobornos millonarios a políticos de doce países entre 2001 y 2016), es un completo desconocido en los ambientes empresariales de la ciudad. Aunque aquí mantuvo una sede en el año 2010 -como también en A Caeira, Poio-, desde el Centro de Negocios de Pontevedra recordaban ayer que se trataba de una oficina "virtual", que por lo tanto no hacía necesaria su presencia en el dominio arrendado.

Quienes habitualmente acuden a este centro empresarial, situado en pleno centro histórico de Pontevedra, explicaban ayer que "ni se le conoce, ni tenía oficina física" en el edificio.

Tampoco el logotipo de Vivosant Corporation S.A. se exhibió entre las distintas firmas que tienen un despacho en este vivero empresarial.

La compañía pontevedresa que administraba el abogado de la constructora brasileña, tenía como supuesta finalidad la consultoría y el tratamiento de residuos y el reciclaje. También el mantenimiento de maquinaria de construcción. En todo caso la justicia le acusa de blanqueo de capitales, cohecho y organización criminal.

Vivosant Corporation, así como la otra firma con la que operó desde Galicia, GVTEL Corp. -con sede en Poio- serían empresas off-shore cuya finalidad sería mover el dinero con el que supuestamente el grupo Odebrecht pagaba los millonarios sobornos de los que se le acusa. Se calcula que el importe de las mordidas abonadas por este grupo empresarial ascendió a 744 millones de euros, de los que desde la sede en Pontevedra se habrían hecho hasta 9 transferencias bancarias por valor de 12 millones de euros, supuestamente para luego desviar a las cuentas de políticos en paraísos fiscales.

Actividades y cifras que sorprenden por igual en el sector empresarial pontevedrés. Ninguno de los profesionales consultados por FARO conocía hasta ahora el nombre de Tacla Durán o las empresas a las que representaba. Y si bien la mayoría considera que el investigado nunca llegó a pisar la ciudad, ya que administraba las sedes por vía telemática, otros empresarios entienden que "alguna vinculación debía tener con esta zona", dado que eligió Pontevedra y Poio para asentar estas oficinas.